Hacía mucho tiempo que no se escuchaba una voz tan unánime de las ONG de esta región y esta vez está ocurriendo para exigir que se esclarezca la muerte de un defensor de Derechos Humanos de Medellín ocurrida en Bogotá que inicialmente había sido explicada como un accidente vial, pero luego surgieron dudas acerca de si se trató de algo intencional.
Las exequias de Martín Emilio Rodríguez se celebraron este jueves en la capital antioqueña con la presencia de muchos integrantes de movimientos sociales y tras unos honores que duraron casi toda la semana entre la capital de la república y esta ciudad.
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Varias entidades como la Corporación Región, Corporación Jurídica Libertad, la Ruta Pacífica de las Mujeres y el IPC, entre otros, publicaron pronunciamientos de pesar y reconocimiento a la labor de este líder que llevaba alrededor de tres décadas aportando a causas sociales. Igualmente, el movimiento de resistencia internacional a la guerra se manifestó en el mismo sentido.
“Su dedicación como objetor de conciencia y defensor de los derechos humanos colombiano desde hace mucho tiempo dejó una huella imborrable en todos los que lo conocieron”, expresaron en un mensaje de X.
Solo que en las últimas horas, la aparición de indicios que darían para pensar que hubo manos criminales en la muerte de Rodríguez llevaron a exigir con más vehemencia que se investigue el hecho.
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Rodríguez, de 51 años, era abogado y residía desde hace aproximadamente una década en Bogotá, donde, por ejemplo, trabajó en la Secretaría de Integración Social durante la alcaldía de Gustavo Petro; sus últimos sitios de desempeño profesional habían sido la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y la Consejería para los Derechos Humanos de la Presidencia de la República.
El sábado salió de su casa y como no apareció en una reunión que tenía con amigos en la noche, estos comenzaron una búsqueda entre los conocidos; cuando tampoco dio señales de vida el domingo, pusieron su foto en redes sociales en procura de que cualquiera que lo hubiera visto lo reportara.
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Así fue como el martes en la mañana hallaron su cuerpo en medicina legal. La versión inicial es que había sido arrollado por una moto en la transición del viernes y el sábado, en la calle 7 con 43, un sector por donde queda la Universidad Javeriana. Supuestamente se trataba de un accidente y la víctima ingresó como NN a la morgue.
No obstante, de manera posterior apareció en redes un video y se difundió el relato de un presunto testigo en el sentido de que el atropellado era un hombre que iba con otras dos personas caminando, y una de estas lo empujó a la calle en el momento en que pasó una moto a alta velocidad. Luego, tanto el supuesto acompañante como el conductor del vehículo que le produjo las lesiones letales habrían huido.
“Nadie sabe con quién estaba. Él siempre transitaba por ahí porque era la ruta hacia su casa. Era su zona para moverse”, comentó un amigo suyo y compañero de causa que se firma como Kanabico Objetor Antimilitarista y Defensor de DD. HH.
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Tras conocerse los últimos detalles que generan inquietudes sobre la muerte accidental, el presidente de la ONG de derechos Humanos IPC, Carlos Zapata, dijo: “Exigimos a las autoridades que den respuesta urgente y esclarezcan estos hechos porque Martín era un líder social, un defensor de Derechos Humanos y sobre esas hipótesis habrá que desarrollar precisamente los eventos que rodearon extrañamente su muerte”.
Kanábico recordó que Martín comenzó su trasegar como líder juvenil de Medellín desde 1994 y en 1995 estuvo en la primera camada de elegidos en el recién creado Consejo Municipal de Juventud (CMJ). Posteriormente, hizo parte de la Red Juvenil y del movimiento de objetores de conciencia que se oponen al servicio militar obligatorio.
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“De 1996 a 1997 se empieza a hablar en la ciudad de pacifismo y sale el tema del antimilitarismo; a él lo empiezan a cautivar las posturas pacifistas y no violentas y comienza a hacer acompañamiento y activismo político muy fuerte en contra de la guerra”, relató Kanábico.