La llave que decidieron hacer Julián Bedoya, candidato a la Gobernación de Antioquia, y Albert Corredor, candidato a la Alcaldía de Medellín, para las elecciones del próximo 29 de octubre sorprendió a más de uno.
Tanto así que hasta los seguidores de ambos candidatos quedaron entre perplejos e indignados por esa alianza. Hasta manifestación en contra hicieron en las afueras de Plaza Mayor –donde se llevó a cabo el evento de unión–.
“Como les parece, la gente de la comuna 8 y 9, en esta reunión engañados, Julián Bedoya manifestando una unión con Albert Corredor, y nosotros no le damos un solo voto a Corredor. ¡Abajo Corredor!”, gritaban ondeando banderas a las afuera del pabellón amarillo de Plaza Mayor.
Y así mismo se expresaron seguidores de Corredor, algunos de los cuales le explicaron a este periódico que nunca se imaginaron que iban a terminar unidos con quien para ellos representa “las peores mañas de la vieja política”.
“Yo soy de Medellín nos Une. Nos dijeron que íbamos para un evento político y cuando llegamos vimos un reguero de buses de Julián Bedoya, como 11 de los grandes, y cuando entramos nos dicen que nos íbamos a unir con él. ¡Es imperdonable! Por lo menos debieron decirnos a qué íbamos”, le dijo a EL COLOMBIANO una persona que asistió al evento.
Ese matrimonio, que pareció convocado a última hora, no salió del todo bien. Luego de que Julián Bedoya dio su discurso mucha gente se levantó de los asientos sin oír a Corredor, buscaban que les dieran unas hamburguesas que les habían prometido. Por momentos, parecía que solo habían ido a eso. El salón se fue quedando tan vacío que comenzaron a recoger las sillas para ejecutar el último punto de la noche: cantarle el Feliz Cumpleaños a Bedoya.
La pregunta es: ¿por qué terminaron Corredor y Bedoya juntos? Sobre todo si se tiene en cuenta que las fichas del exalcalde Daniel Quintero para estas elecciones en teoría iban a apoyar a Esteban Restrepo a la Gobernación. Hay varias explicaciones. La primera es que Corredor y Quintero partieron cobijas, al menos para estas elecciones. Todo porque el trato era que Juan Carlos Upegui y Albert Corredor se tenían que unir alrededor del nombre que tuviera mayor intención de voto en la encuesta que publicó Telemedellín antes del debate que se llevó a cabo en los primeros días de septiembre.
Quintero invitó a los dos candidatos a su casa con la encuesta en mano, sin embargo, Corredor que conocía de antemano el resultado del sondeo que le daba un mayor porcentaje a Upegui, no se presentó a la cita. Dicen en la campaña de Corredor que, después de ese desplante, Quintero le pidió la renuncia al secretario de Educación, cuota de Corredor, pero no se ha podido hacer efectiva por estar en ley de garantías.
Y Albert Corredor, a su vez, ha redoblado sus apuestas porque si bien cree que es difícil para él ganar el 29 de octubre lo que sí quiere es sacar más votos que Upegui.
Más allá de que tan distanciados están, lo cierto es que la unión con Julián Bedoya muestra que Corredor no va a apoyar con sus votos a Esteban Restrepo, la mano derecha de Quintero, a la Gobernación.
Y de todas maneras, para Corredor la alianza con Bedoya ya tenía el camino pavimentado. Confirman fuentes de la campaña de Bedoya que en las elecciones al Congreso de 2022, Corredor movió maquinaria en Medellín para apoyar las candidaturas de Juan Diego Echavarría y María Eugenia Lopera, el equipo íntimo de Bedoya en Antioquia.
Desde ahí, cuentan las fuentes, se debían el favor. “Esa alianza también es una reacción a la renuncia de Quintero. Es que Quintero no renunció para hacer bajar a Upegui a los 15 días y eso lo sabe Corredor. Ahí se terminó de concretar esa tensión: por eso el equipo de Corredor empezó a hablar durito en contra de Quintero, a desligarse, a negarlo a última hora”, dice una fuente conocedora de estas campañas, que además afirma que Corredor y Bedoya sintieron que el exalcalde perdió el poder en Medellín y Antioquia una vez dejó la Alpujarra.
Y es que la lectura que hacen al interior de las campañas es que tener dos llaves, Upegui-Esteban Restrepo (Independientes pura sangre apoyados por Quintero) y otra como Corredor-Bedoya (sin el apoyo directo del exalcalde), le permitiría a la segunda desmarcarse y “despegar” en los próximos 20 días. “Puede que no ganemos en Alcaldía, pero Corredor le pondrá estructura y maquinaria a Bedoya en Medellín, que es su punto débil en la carrera por la Gobernación”, dice otra fuente.
En realidad, este es el negocio: Corredor le pone votos a Bedoya en Medellín, donde no despega porque las polémicas del exsenador liberal son bien conocidas, en particular el enredo con su título de abogado; mientras que Bedoya hace canje con los apoyos vergonzantes que tiene en la ciudad a través de líderes liberales, conservadores y del Partido Verde.
“Hay varios políticos de trayectoria en Medellín que no pueden hacer campaña de frente por Bedoya, por lo que este buscó alianzas con candidatos a la Alcaldía que pusieran el pecho y que de alguna forma le aportaran estructura”, dice una de las fuentes, refiriéndose al caso de Corredor y al de Liliana Rendón, quien en días previos se había anunciado como fórmula de Bedoya a la Alcaldía.
Pero estos apoyos, sin embargo, cargan todavía con un tufillo vergonzante: la candidata Rendón dice que con Bedoya sí, que su equipo trabajará para que este sea gobernador; pero que con Corredor no, que no tienen ninguna relación con él y que ella irá hasta el final, que no se bajará.
Ahí la pregunta que cabe es para dónde se irán los votos que Bedoya alcance a mover con su equipo en Medellín: si para donde Rendón o para donde Corredor. “Es que así, divididos, es muy difícil ganar la Alcaldía. La Gobernación sí es otro cuento”, concluye una de las fuentes.