Al alcalde Daniel Quintero le resultó otro problema. Resulta que en la noche de este jueves se publicó desde su cuenta de X (antes Twitter) una invitación para su tempranero consejo de gobierno acompañado por un video de lo que parece ser un tumulto de gente alrededor del candidato Juan Carlos Upegui (primo de la esposa de Quintero) y unas letras asociadas al estilo que ha empleado la Alcaldía en otras campañas. El mensaje fue a las 8:41 p.m.
Hasta ahí todo normal, hasta que la ciudadanía se percató que ese mismo video había sido publicado en las redes del candidato a la Alcaldía Juan Carlos Upegui. De hecho en la imagen congelada del video que se veía en la cuenta de Quintero aparecía Upegui, eso sí recortado.
Tan pronto el alcalde y su equipo cayeron en cuenta de este hecho bajaron la publicación, pero la evidencia ya la tenían miles de ciudadanos que empezaron a moverla por redes sociales. Para salirse del embrollo, el mandatario aseguró que se trató de un hackeo, una cosa bastante extraña, pues recuperar una cuenta hackeada toma mucho tiempo, y no unos cuantos minutos.
“El día de mañana pondremos en conocimiento de las autoridades un intento de hackeo a mi cuenta para trinar invitando a un Consejo de Gobierno a altas horas de la noche, con la imagen de una campaña. Esto coincide, con la estrategia de difamación de esta semana en la que trataron de hacer pasar la cuenta de una persona natural como una cuenta institucional. En este momento estamos cambiando claves y restringiendo el número de personas que tienen acceso a mi cuenta”, fue su explicación sobre el asunto a las 9:34 p.m.
¿Fue un hackeo realmente o un episodio de “compañeros que no cuidan las comunicaciones”? Determinar que la cuenta del alcalde fue vulnerada requerirá de un peritaje informático forense por parte de la Fiscalía y las autoridades competentes.
Lo cierto del asunto es que el hecho ocurre justo en la semana en la que se destapó el escándalo luego de conocerse evidencia de cómo la alcaldía de Quintero habría destinado más de $9.000 millones en un contrato de comunicaciones que terminó incluyendo publicidad para los candidatos de Independientes, el partido del alcalde, a las elecciones del próximo mes de octubre, incluyendo –por supuesto– a Upegui.
La Procuraduría General de la Nación abrió el pasado miércoles una indagación preliminar para esclarecer si desde la Alcaldía de Medellín se habría incurrido en faltas disciplinarias en medio del escándalo por un millonario contrato firmado entre la Secretaría de Comunicaciones y la Universidad Nacional con el que habría terminado haciéndose proselitismo político.
En dicho contrato, que compromete recursos por $9.050 millones, cinco exfuncionarios del círculo más cercano al alcalde de Medellín, Daniel Quintero, habrían sido favorecidos con videos y material propagandístico, elaborados presuntamente con recursos públicos.
A través de un oficio de ocho páginas, elaborado este miércoles 6 de septiembre, la Procuraduría notificó al Distrito de la apertura de esa investigación y le pidió entregar los documentos de soporte del contrato.
Tratando de explicar el asunto el alcalde Quintero también patinó y entregó una versión extraña. Primero, tardó un día desde que estalló el escándalo para pronunciarse para luego dar varias versiones. Por el lado del alcalde Quintero, a través de su cuenta de X, insistió en que supuestamente desde la administración municipal no se habría aprovechado el contrato para hacer política.
En su defensa, el alcalde planteó que las carpetas reseñadas en los informes de supervisión supuestamente serían de acceso público y podrían haber sido manipuladas por personal externo a la Alcaldía y la Universidad.
“El drive en el que encontraron videos de campañas, es de una persona natural creada en gmail, y de acceso público, en el que cualquiera puede subir archivos”, dijo Quintero, lo cual se cae por su propio peso dado que para revisar las carpetas (antes de que fueran removidas y restringidas), estas no estaban configuradas para que cualquiera pudiera editarlas y entre las personas que tenían acceso a editarlas estaban funcionarios de la alcaldía y otro muy cercano a la administración, Juan José Aux, exsecretario de Comunicaciones y quien resultó dictando clases en la Universidad Nacional que terminó involucrada en el escándalo al ser la contratista en este entuerto.
