El 20 de enero de 2025, el mismo día de la investidura de Donald Trump, la aplicación móvil CBP One para migrantes fue desactivada, dejando a miles de migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos en una situación de incertidumbre y desesperación.
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CBP One es una aplicación móvil lanzada en 2023 durante la administración de Joe Biden, diseñada para que los migrantes pudieran programar citas en puertos de entrada a lo largo de la frontera suroeste de Estados Unidos.
Esta herramienta permitía a los solicitantes de asilo gestionar sus citas de manera organizada y segura, facilitando el proceso de entrada legal al país. A través de CBP One, aproximadamente 1.450 personas al día podían obtener citas en ocho cruces fronterizos, sumando cerca de 900.000 migrantes que ingresaron legalmente a Estados Unidos con derecho a trabajar durante su periodo de funcionamiento.
Desactivación de la aplicación
La desactivación de CBP One fue una de las primeras acciones ejecutivas del presidente Trump al asumir su segundo mandato. Un aviso en el sitio web de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) informaba a los usuarios que las funciones de la aplicación ya no estaban disponibles y que todas las citas programadas habían sido canceladas.
Al informar sobre su desactivación, se conocieron imágenes de los migrantes en la frontera con México que esperaban sus citas para el asilo, llorando desconsoladamente ante la crítica situación.
La abrupta cancelación de CBP One dejó a miles de migrantes, muchos de los cuales habían esperado durante meses para sus citas, en una situación de confusión y desesperación.
En puntos fronterizos como Ciudad Juárez y Tijuana, familias enteras que habían huido de la violencia y la persecución en sus países de origen se encontraron con la noticia de que sus citas habían sido anuladas sin posibilidad de apelación. Esta medida no solo afecta a los migrantes que ya tenían citas programadas, sino que también elimina una vía legal y ordenada para que futuros solicitantes de asilo ingresen a Estados Unidos.
Organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por la desactivación de CBP One. Amnistía Internacional señaló que el uso obligatorio de la aplicación ya presentaba desafíos significativos, incluyendo obstáculos tecnológicos, limitaciones lingüísticas y preocupaciones sobre la privacidad y la vigilancia. La organización enfatizó que condicionar el acceso al asilo a través de una aplicación móvil viola el derecho internacional de los derechos humanos y de los refugiados.
Además de la desactivación de CBP One, el presidente Trump firmó una serie de órdenes ejecutivas destinadas a reforzar el control fronterizo y restringir la inmigración. Entre estas medidas se incluye la declaración de una emergencia nacional en la frontera sur, el despliegue de tropas adicionales y la reinstauración del programa “Quédate en México”, que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano mientras se procesan sus casos en Estados Unidos.
La noticia de la desactivación de CBP One y la cancelación de las citas programadas provocó escenas de desesperación en varios puntos fronterizos. En Tijuana, por ejemplo, alrededor de 200 migrantes se negaron a abandonar el puesto fronterizo de San Ysidro después de que sus citas fueran canceladas. Muchos de ellos habían estado esperando hasta 11 meses para sus citas programadas a través de la aplicación. Estos migrantes, que huían de la violencia y la persecución en sus países de origen, ahora enfrentan una incertidumbre aún mayor sobre su futuro.
En este contexto, Tijuana declaró estado de emergencia ante una posible afluencia de inmigrantes en los más de 30 albergues que operan en el estado noroccidental de Baja California, en caso de que Donald Trump implemente su plan de deportaciones masivas.
Con la eliminación de CBP One, y la implementación de políticas migratorias más estrictas, los solicitantes de asilo enfrentan un panorama cada vez más desafiante. La falta de vías legales y ordenadas para ingresar a Estados Unidos podría empujar a algunos migrantes a considerar opciones más peligrosas, incluyendo intentos de cruce ilegal, exponiéndose a riesgos significativos y posibles acciones legales en su contra.
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La comunidad internacional y las organizaciones de derechos humanos continúan monitoreando de cerca la situación, instando a las autoridades estadounidenses a garantizar procesos justos y humanos para aquellos que buscan protección y una vida mejor en el país.