Tras su visita al sitio de la tragedia de la vía Medellín-Quibdó, el presidente Gustavo Petro arribó a Guatemala para participar en la ceremonia de posesión de Bernardo Arévalo, quien resultó electo como el nuevo jefe de estado guatemalteco.
Petro, a través de su cuenta en la red social X, ya había hecho un llamado a varios jefes de Estado para que se unieran a este acto, ya que considera como una amenaza un posible golpe de Estado en la nación centroamericana.
“Aquí en Guatemala, aún el Congreso de la República no se pone de acuerdo para elegir su junta directiva que es la que tiene que posesionar al presidente Bernardo Arévalo. Al partido del presidente Arévalo, mayoritario, le han quitado la personería jurídica. La fiscalía, como en Perú, como en Colombia, ha tenido una actitud adversa a la presidencia e incluso ha intentado poner presa a la vicepresidente elegida por el pueblo. Nuestro ministro de defensa, presidente de la comisión judicial independiente que investiga la corrupción en Guatemala, aun no puede entrar a este país”, escribió Petro este domingo.
El inicio de la ceremonia de investidura ha estado con retrasos, porque el parlamento unicameral —mayoritariamente de derecha— analiza si permitir a los diputados de Arévalo integrar una bancada como partido o declararlos "independientes".
Una comisión parlamentaria, integrada por los conservadores revisa las credenciales de los nuevos 160 diputados, apuntando a los 23 del partido de Arévalo, Movimiento Semilla, suspendido temporalmente a petición de la Fiscalía, que lo acusa de irregularidades en su proceso de formación en 2017.
Esto ha aumentado la tensión y ha retrasado la instalación del nuevo Congreso, que deberá juramentar al sociólogo, exdiplomático y filósofo de 65 años, para un mandato de cuatro años, en sesión solemne en el Teatro Nacional, en el centro de la capital.
Petro también informó que fue citada por el canciller de Costa Rica una reunión urgente de cancilleres en Ciudad de Guatemala esta tarde. “Van tres horas de retardo y el Congreso de Guatemala no permite aún la posesión del presidente elegido por el pueblo de Guatemala”, dijo el mandatario colombiano.
Arévalo, hijo del primer presidente democrático de Guatemala, pasó inesperadamente en junio a la segunda ronda presidencial con una candidata conservadora aliada del oficialismo, a quien venció cómodamente con un 60% de los votos por su mensaje anticorrupción.
Desde entonces, Arévalo y el Movimiento Semilla han sido blanco de una ofensiva judicial que denunció como un "golpe de Estado", detrás del que estaría la élite política y económica que por décadas ha regido los destinos del país.
La crisis política en Guatemala se intensificó en julio de 2023 cuando el Ministerio Público suspendió al partido político de Bernardo Arévalo.
La Fiscalía intentó retirarle la inmunidad de presidente electo, desarticular su partido progresista y anular los comicios, argumentando que hubo anomalías electorales. La embestida, basada en casos "espurios" según Arévalo, fue condenada por la ONU, la OEA, la Unión Europea y Estados Unidos, que sancionó a cientos de fiscales, jueces y diputados por "corrupción" y "socavar la democracia".
Cabe resaltar que, en octubre de 2023, Petro solicitó una reunión a la Organización de Estados Americanos (OEA) por medio de su cuenta de X. “La OEA debe reunirse de emergencia para examinar los hechos de Guatemala y respaldar el voto ciudadano”, dijo entonces.
Agregó meses después, en diciembre del año pasado: “Estamos frente a un golpe de Estado en Guatemala. La OEA debe actuar de inmediato. Todo el apoyo al pueblo guatemalteco. Una fiscalía que ha encubierto el narcotráfico y la corrupción actúa contra la democracia”.
La decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que confirmó la victoria electoral de Arévalo generó protestas y tensiones políticas.
En diciembre de 2023, la Corte de Constitucionalidad de Guatemala otorgó el amparo definitivo, permitiendo que Arévalo y su vicepresidenta, Karin Herrera asumieran sus cargos este domingo 14 de enero. Esta decisión fue ratificada por la Corte el jueves 11 de enero a través de un comunicado oficial.
Como muestra del respaldo, al traspaso de mando asisten el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, delegados de Washington, el rey de España, Felipe VI, y, entre otros, los presidentes de Colombia, Chile, Honduras y Panamá.
Arévalo sustituirá al derechista Alejandro Giammattei, quien ha sido vinculado al llamado "pacto de corruptos" y durante su gobierno se exiliaron decenas de fiscales, jueces y periodistas que denunciaron actos de corrupción.
El futuro presidente de Guatemala reconoce que afrontará enormes desafíos pues las "élites político-criminales, al menos durante un tiempo, seguirán enquistadas" en poderes del Estado. Arévalo le pedirá esta semana la renuncia a la fiscal general Consuelo Porras, a la cabeza de la ofensiva judicial, pero analistas no descartan que la Fiscalía continúe la persecución y solicite al Congreso retirarle la inmunidad de presidente.