Ocho años después de advertir sobre la devastación del cambio climático causado por el hombre, el papa Francisco de nuevo hizo un llamado este miércoles frente al tema, e hizo un balance y ofreció ideas para actuar.
El breve seguimiento a la encíclica de 2015 “Laudato Si” (Alabado seas) se publica poco antes del inicio de una nueva ronda de conversaciones climáticas de la ONU en Dubái, en un contexto de advertencias de que el mundo está lejos de alcanzar las metas de reducción de emisiones de carbono.
El nuevo texto, “Laudate Deum” (Alabado sea Dios), será “una mirada a lo ocurrido y dirá lo que debe hacerse”, indicó Francisco, de 86 años, que abre el miércoles en el Vaticano un sínodo para pensar el futuro de la Iglesia católica.
El documento original, de unas 200 páginas, iba dirigido a todos los habitantes del planeta con un llamado a la acción global solidaria para proteger “nuestro hogar común”.
Sustentado en la investigación climática, “Laudato Si” plantea claramente que la humanidad es responsable del calentamiento global y advierte de que el ritmo acelerado de cambio y degradación llevaron al mundo a un “punto de quiebre”.
Pero también contiene un fuerte mensaje moral, en el que Francisco culpa al consumismo, el individualismo y la búsqueda de crecimiento económico por “exprimir al planeta hasta dejarlo seco”.
El pontífice también argumenta que los países ricos deben aceptar que son los mayores responsables de la crisis climática y que deben ayudar a los países más pobres.
El documento ha generado un debate sin precedentes para ser un texto religioso, con comentarios en publicaciones científicas.
Sus palabras también han significado importantes avances para las conversaciones climáticas que se llevaron a cabo en París, en donde casi todos los países se comprometieron a limitar el calentamiento a menos de dos grados centígrados encima de los niveles preindustriales.
Según expertos, El Vaticano tuvo una participación significativa tras bambalinas. Pero la ONU advirtió en septiembre que el mundo no está encaminado a alcanzar esas metas. Los registros de datos climáticos predicen que 2023 será el año más cálido en la historia.
“Es hora de trabajar juntos para detener la catástrofe ecológica antes de que sea demasiado tarde”, declaró el papa en una videoconferencia en septiembre ante la Asamblea General de la ONU.
Autoridad moral declinante
El nuevo texto será más corto que la tesis de 2015 y su formato, una exhortación apostólica en lugar de encíclica, tiene menos peso en la teología católica.
El profesor Ottmar Edenhofer, jefe del Instituto Potsdam de Investigación sobre el Impacto Climático y asesor de “Laudato Si”, considera difícil que tenga la misma influencia.
El texto original cambió el juego, dijo Edenhoger a AFP, y convirtió al cambio climático en un tema real en la Iglesia católica, pero también generó un debate entre la comunidad científica.
Pero aunque Francisco ha hecho del cambio climático un tema clave de su papado, Edenhofer considera que su influencia ya no es lo que era.
“La autoridad moral de la Iglesia católica ha declinado significativamente en los últimos ocho años, y un motivo es la crisis de abusos sexuales”, señaló.
En 2015, Francisco llevaba solo dos años en el cargo y “era percibido como un gran líder moral”. Hoy día “el mundo está en crisis” y “la iglesia está en crisis”, señala Edenhofer.
Acción motivadora
En el quinto aniversario de “Laudato Si”, en 2020, el Vaticano llamó a los católicos a dejar de invertir en la industria de los combustibles fósiles y afirmó que ese mensaje generó acciones concretas, aunque resulta difícil confirmarlo.
El Vaticano se comprometió a reducir a cero sus emisiones netas de carbono antes de 2050, aunque su aporte a las emisiones totales es insignificante. Y continúa trabajando con científicos.
Previamente este año, el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo (SEI) publicó un libro con el Vaticano con explicaciones sucintas de temas urgentes para intentar motivar a la gente a tomar acciones basadas en “Laudato Si”.
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“Lo que se necesita ahora es una acción a la vez individual y colectiva para resolver la triple crisis planetaria que enfrentamos frente al cambio climático, contaminación y pérdida de biodiversidad”, explicó a AFP la directora del proyecto de SEI, Molly Burd.
“Los líderes religiosos, como todos los verdaderos líderes, pueden tener un papel para influenciar el comportamiento en las comunidades que encabezan”, señaló.