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Francia: 4 días ardiendo por policía que mató a un joven en París

Van 875 detenidos y más de 2.000 carros quemados. Este sábado es el entierro de Nahel en París. Militarizan varias ciudades.

  • Hay más de 40.000 uniformados desplegados en las calles de París y otras ciudades para blindarse por cuenta de los disturbios que ya deja 875 personas detenidas, más de 2.000 vehículos incinerados y 249 policías heridos. Este sábado se hace el entierro del joven Nahel. FOTOS: GETTY
    Hay más de 40.000 uniformados desplegados en las calles de París y otras ciudades para blindarse por cuenta de los disturbios que ya deja 875 personas detenidas, más de 2.000 vehículos incinerados y 249 policías heridos. Este sábado se hace el entierro del joven Nahel. FOTOS: GETTY
01 de julio de 2023
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Francia está en guardia y, por eso, este viernes se desplegaron blindados y más policías en varias partes del país para contener los violentos disturbios que en las últimas tres noches se extendieron a diferentes ciudades en respuesta a la muerte de un joven baleado por un uniformado.

Después de otra noche con edificios públicos atacados, tiendas saqueadas y vehículos incendiados, el presidente Emmanuel Macron reforzó las medidas de seguridad y apeló directamente a los padres de los menores que participan en las protestas.

“Estas próximas horas serán cruciales”, dijo el ministro del Interior, Gérald Darmanin, dirigiéndose a las fuerzas del orden y a los bomberos. Y agregó que Francia “se enfrenta a unos disturbios de una violencia inusitada”.

La violencia estalló el martes en los suburbios de París y se extendió por el país tras la muerte de Nahel, de 17 años, por un disparo a quemarropa de un agente durante un control de tránsito en Nanterre, al oeste de la capital.

El balance de los enfrentamientos en la última noche fue elevado. El gobierno informó de la detención de 875 personas (408 en París y sus suburbios) y de 249 agentes heridos, así como de 492 edificios atacados y de 2.000 vehículos calcinados.

La primera ministra, Élisabeth Borne, dijo que se estudiarían “todas las opciones”, entre ellas el estado de emergencia que piden la derecha y la ultraderecha, pero finalmente el gobierno recurrió a medidas de otro tipo para evitar más disturbios.

Por un lado, reforzó el número de agentes –el jueves se movilizaron 40.000– y autorizó el despliegue de blindados de la gendarmería, un cuerpo militar que tiene competencias de seguridad pública, sobre todo en zonas rurales.

Macron apeló a la “responsabilidad” de los padres de menores que participan en los disturbios, para evitar que salgan a la calle; y de las redes sociales, para que retiren contenidos vinculados con las protestas e identifiquen a sus usuarios.

Darmanin pidió, además, la suspensión de grandes eventos como conciertos, del servicio público de tranvías y autobuses a partir de las 9 de la noche (hora francesa) y la venta de cohetes, bidones de combustible y productos inflamables.

Y es por todo esto que el gobierno se encuentra bajo presión, entre la derecha y la ultraderecha que le piden mano dura –e incluso una “represión feroz” en palabras del político ultra Éric Zemmour– y quienes reclaman medidas de apaciguamiento.

Dos sindicatos de policía, entre ellos el mayoritario Alliance, llamaron en un duro comunicado al “combate” contra las “hordas salvajes” que protagonizan los disturbios y advirtieron al gobierno que “entrarán en resistencia” una vez superada la crisis.

La oposición de izquierda condenó el comunicado, que calificó de “amenaza de sedición” y de “llamado a la guerra civil”. El líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon llamó al “poder político” a “retomar el control de la policía”.

Sin referirse al comunicado, el ministro del Interior apeló a los agentes a “respetar las leyes y la deontología” y subrayó que la “minoría de delincuentes [de los disturbios] no representa la inmensa mayoría de los habitantes de los barrios pobres”.

Los hechos relanzaron el debate recurrente de la violencia policial en Francia, donde en 2022 13 personas murieron en circunstancias similares a las del Nahel, y sobre las fuerzas del orden, vistas por parte de la población como racista.

Entre tanto, la justicia investiga como un intento de homicidio la agresión contra dos policías vestidos de civil en Marsella (sureste), y, en la Guayana, territorio francés en Sudamérica, las autoridades anunciaron la muerte de un hombre por una “bala perdida” destinada a policías

Y este sábado tendrá lugar el entierro de Nahel, cuya muerte, cuando se resistió a obedecer las órdenes de los agentes, desató los disturbios.

Mounia, la madre de la víctima, dijo en la cadena France 5 que no culpaba a la Policía, sino solo al agente que le quitó la vida a su hijo, ya que “vio un rostro árabe, un chico, y quiso arrebatarle la vida”.

La justicia decretó prisión preventiva por homicidio voluntario para el agente de 38 años autor del disparo, cuyas “primeras” y “últimas” palabras durante su custodia policial fueron “para pedir perdón a la familia” de Nahel.

Muere otro joven en los disturbios

Un joven murió tras caer del techo de un supermercado en el noroeste de Francia durante las protestas provocadas por la muerte de un adolescente abatido por un agente, informaron el viernes la Policía y la Fiscalía. Las dos versiones sobre lo ocurrido divergen. La policía indicó que el joven cayó “en el marco de un saqueo” del supermercado, en tanto que la fiscalía de Ruán afirmó que esa tienda “no estaba siendo atacada” en ese momento.

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