La tranquilidad del exclusivo club de golf en Palm Beach, propiedad del expresidente Donald Trump, se vio perturbada por lo que parece ser un intento de asesinato que revela graves fallos en la seguridad del exmandatario. Ryan Wesley Routh, un excontratista de la construcción con un historial delictivo, ha sido identificado como el principal sospechoso del ataque.
Este incidente marca la segunda vez en un corto período que Trump enfrenta una amenaza de magnicidio, subrayando una serie de preocupaciones sobre la eficacia de las medidas de seguridad actuales.
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El intento de asesinato ocurrió cerca del medio día mientras Trump estaba en pleno juego en el campo de golf. Los agentes del Servicio Secreto, que se encargan de proteger al expresidente, detectaron un cañón de rifle semiautomático sobresaliendo de una valla pegada al campo. Los agentes estaban realizando inspecciones de seguridad en los hoyos que Trump estaba a punto de jugar, siguiendo su protocolo de situarse un hoyo por delante del candidato para garantizar su seguridad.
Según el sheriff del condado de Palm Beach, Ric Bradshaw, el atacante se había ocultado entre los arbustos situados cerca de los hoyos cinco, seis y siete. A una distancia menor a los 500 metros de Trump, Routh logró posicionarse de manera que pudo tener en la mira al expresidente. El Servicio Secreto reaccionó de inmediato al detectar la amenaza, disparando contra Routh antes de que pudiera llevar a cabo su ataque.
Routh, que aparentemente había abandonado el rifle y una serie de otros objetos en la escena, incluyendo dos mochilas y una cámara GoPro, intentó escapar en su camioneta. La rápida acción de un vecino, que capturó una foto del sospechoso, permitió a las autoridades locales identificar y rastrear a Routh. Poco después, a unos 60 kilómetros del club de golf, fue detenido en una autopista.
El sospechoso, de 58 años, no tenía experiencia militar, pero en 2022 apenas inició la invasión Rusa, viajó a Ucrania para enfilarse en el ejército y ser reclutado por los soldados afganos.
La investigación ha revelado que Routh, quien en el pasado expresó apoyo por Donald Trump, parece tener inclinaciones políticas confusas. Aunque votó por Trump en 2016 y apoyó su reelección en 2020, en años recientes también ha mostrado apoyo por el presidente Biden y la vicepresidenta Kamala Harris. La Policía aún está investigando si Routh actuó solo o si había alguna conspiración más amplia detrás de su acción.
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Un portavoz de la administración Biden aseguró que hasta el momento no se han encontrado pruebas que vinculen a Routh con organizaciones políticas extremistas o conspiraciones extranjeras. Esto sugiere que el ataque podría haber sido un acto aislado, similar al que ocurrió en Butler, donde el agresor actuó sin una red de apoyo conocida.
A siete semanas de las elecciones presidenciales, la seguridad del expresidente Trump se ha convertido en un tema de alta prioridad. La repetición de intentos de asesinato pone de relieve problemas persistentes en la protección de figuras de alto perfil y destaca la necesidad de una revisión exhaustiva de los protocolos de seguridad.
Routh, que está bajo custodia del FBI, enfrentará interrogatorios en los próximos días para determinar sus motivaciones y posibles conexiones con otros grupos o individuos. Mientras tanto, la administración y el Servicio Secreto enfrentan un creciente escrutinio público y político sobre la eficacia de sus medidas de protección en un periodo de alta tensión y riesgo.
El intento de asesinato de Palm Beach pone de nuevo en duda la labor del Servicio Secreto. A pesar de los recientes refuerzos en el equipo de protección tras el incidente en Butler, Pensilvania, donde el atacante Thomas Crooks actuó solo y utilizó un fusil AR-15, la capacidad del Servicio Secreto para gestionar y asegurar los perímetros sigue siendo cuestionada.
“El Servicio Secreto hizo exactamente lo que debía haber hecho”, comentó el sheriff Bradshaw, enfatizando la respuesta adecuada a la amenaza. Sin embargo, sugirió que el refuerzo en la seguridad, especialmente en eventos futuros como los partidos de golf de Trump, será crucial.