El Gobierno de Donald Trump agregó a un grupo de bandas criminales latinoamericanas dentro de su lista de organizaciones terroristas, entre ellas el Clan del Golfo, el mayor cártel de narcotráfico de Colombia. La decisión también incluye al Tren de Aragua de Venezuela, la Mara Salvatrucha (MS-13) de El Salvador y cinco cárteles mexicanos.
La clasificación del Clan del Golfo como grupo terrorista responde a su papel central en el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos y su participación en el contrabando de migrantes a través de la selva del Darién, una de las rutas más peligrosas del mundo por donde cientos de miles de personas cruzan para llegar hasta Estados Unidos.
El Clan del Golfo, también conocidos en otro momento como “Los Urabeños” o “Ejército Gaitanista de Colombia”, nació tras la desmovilización de grupos paramilitares. Bajo el liderazgo de los hermanos Dairo Antonio y Juan de Dios Úsuga, alias ‘Otoniel’ y ‘Giovanni’, el grupo consolidó su dominio en el narcotráfico, imponiendo su control en varias regiones de Colombia.
La organización colombiana ha tejido alianzas con cárteles mexicanos como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación para garantizar el flujo de droga y personas desde Sudamérica hasta el territorio estadounidense.
Se estima que entre el 30 y el 50% de la cocaína que ingresa a territorio estadounidense proviene de Colombia, con el Clan del Golfo como uno de los principales proveedores.
Además del narcotráfico, el cártel colombiano ha expandido sus operaciones al tráfico de migrantes. Controla el paso por la selva del Darién, una ruta clave para quienes buscan llegar a Norteamérica. Migrantes de Venezuela, Haití, China, África y otras naciones pagan grandes sumas para cruzar este corredor bajo el dominio del Clan del Golfo, quien les cobra por el tránsito y los expone a condiciones extremas.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha adoptado un enfoque más agresivo contra el crimen organizado internacional. El decreto firmado en enero le dio al secretario de Estado, Marco Rubio, un plazo de dos semanas para designar a estos grupos como terroristas, lo que permitirá a EE. UU. usar herramientas de lucha antiterrorista contra ellos, incluyendo sanciones económicas y operativos militares transnacionales.
La clasificación también abre la puerta a una mayor cooperación con los Gobiernos de Colombia y México. En el caso del Clan del Golfo, esta designación podría traducirse en mayores operativos conjuntos con las fuerzas armadas colombianas y un aumento en la presión para extraditar a sus principales cabecillas a EE. UU.
En Colombia, la medida ha sido recibida con preocupación y expectativas. Analistas señalan que la designación de grupo terrorista podría escalar la guerra contra el Clan del Golfo, ya que el gobierno estadounidense podría argumentar su derecho a intervenir militarmente.
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Por otro lado, la vinculación del Clan del Golfo con los cárteles mexicanos es un recordatorio de que el narcotráfico es una red transnacional que va mucho más allá de las fronteras colombianas. Los cárteles mexicanos como el de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación dependen de la cocaína colombiana para abastecer el mercado estadounidense. Sin los envíos del Clan del Golfo, los flujos de droga en Norteamérica podrían sufrir alteraciones que desaten enfrentamientos entre grupos criminales por el control del negocio, motivación de Rubio para incluirlos en la lista.
Con esta designación, el Clan del Golfo enfrenta un escenario de mayor presión. La cooperación militar entre EE. UU. y Colombia podría intensificarse, con operativos más agresivos para desmantelar la organización. Además, la extradición de sus líderes se volverá una prioridad para la administración Trump.
La lucha contra los cárteles no será sencilla. La estructura criminal está profundamente arraigada en Colombia y Centroamérica, con redes de corrupción que le permiten operar a la sombra de la ley en múltiples países.
El Clan del Golfo no es la primera organización criminal designada como terrorista por Estados Unidos, en esta lista también se incluyen el ELN, las disidencias de las FARC. Las Farc estuvieron en la lista desde 1997, pero fue retirada de esta tras la firma de los acuerdos de paz.