Una mujer de 24 años del municipio de Waspán, en Nicaragua, una región habitada por miskitos (grupo étnico indígena de Centroamérica), fue enterrada el pasado lunes 12 de febrero. Sin embargo, lo inusual sucedió cuando sus familiares la desenterraron tres días después, creyendo que aún estaba con vida.
La miskita fue identificada como María Isabel López Francis. Algunos miembros de la comunidad de este municipio, ubicado en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte, guiados por la creencia de que María Isabel aún podía estar viva, decidieron desenterrarla.
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Según testimonios de evangélicas locales, al llegar a la vivienda donde reposaba el cuerpo, constataron que María Isabel ya había fallecido y que su cuerpo estaba frío al tacto. No obstante, se planteó la posibilidad de que hubiera vida en el vientre de la difunta, una creencia que fue compartida por algunas hermanas evangélicas.
Otras versiones de los creyentes de que María Isabel no está muerta es que “su alma anda vagando en una nube”, según los medios locales.
Por lo que sus familiares llevan días de oración, con el cuerpo de la joven en la vivienda cubierto con una sabana, esperando un milagro.