Mientras los ciudadanos buscan la forma de adaptarse a las nuevas rutinas y formas de habitar los espacios, la bicicleta se convierte en una aliada para la movilidad que, además de ser segura para la salud, reduce las aglomeraciones en los sistemas de transporte tradicionales e impulsa la disminución de la huella de carbono.
Juan David Palacio, director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, cuenta que la misión de la entidad “siempre será promover la movilidad activa y dentro de ella está la bicicleta. Es muy importante entenderla como un medio de transporte, pero además de verla como aliada durante la contingencia generada por la covid-19, la bicicleta tiene que quedarse y seguir, porque es parte de la transformación del Valle de Aburrá, de cómo pensamos y nos movilizamos”.
Encicla dejó de rodar el pasado marzo con el inicio del confinamiento. Hoy, después de una investigación liderada por la subdirección ambiental para implementar un protocolo de bioseguridad pertinente para el sistema, 80 de las 90 estaciones reactivan sus operaciones. “Las medidas contemplan tanto al ciudadano que usa la bicicleta como a las personas que trabajan con Encicla. Así logramos la apertura controlada, retomamos con 500 préstamos y ya vamos en 5.000”, explica el director del Área.
Juan David Palacio agrega que Encicla es un o de los sistemas que cumple un rol clave en la reactivación de la economía. “El turismo también va a ser parte de esta reactivación y esto implica que las personas que vengan a hacer turismo de manera sana vean la bicicleta como una forma de movilizarse”.
Encicla es el primer programa ciento por ciento público en el mundo, no tiene ningún costo y está en constante crecimiento. “El Valle de Aburrá cuenta con 131 km de ciclorrutas, tenemos que ampliarlas más para la transformación que queremos y tener un futuro más sostenible. Cómo nos movilizamos es una pequeña acción que contribuye a la transformación de nuestros municipios”, concluye Palacio.