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Extraedad no es una traba para estudiar

Problemas de convivencia así como de formación pueden presentarse. Papás y docentes son claves.

  • ILUSTRACIÓN HENRY GONZÁLEZ
    ILUSTRACIÓN HENRY GONZÁLEZ
01 de febrero de 2014
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Por diferentes razones, como el desplazamiento, la falta de escuelas en zonas alejadas, problemas económicos, entre otras situaciones, algunos niños no ingresan en el momento indicado al sistema educativo.

Esta situación trae un problema al que los expertos en educación llaman extraedad, problema que comprende a los estudiantes que, con dos o tres años de más, se encuentran en grados que no corresponden a su edad.

Entonces trae no solo inconvenientes académicos, sino también de convivencia, matoneo y factores que pueden perjudicar al estudiante mayor en un curso con niños menores.

A qué se enfrentan
Primero hay que aclarar, como indica la magíster en sicología, Luz Ángela Ramírez, que la extraedad es una condición que también puede aparecer por la repitencia escolar, dificultades en el aprendizaje o problemas emocionales que afectan el curso académico del menor.

"Cada momento evolutivo trae particularidades en el desarrollo biológico, cognitivo, emocional y social. Por lo tanto, además de los desencuentros particulares por esos cambios, el alumno en extraedad se encontrará con compañeros que están viviendo procesos e intereses distintos", explica la sicóloga.

En lo que se refiere específicamente a la convivencia en las aulas, la situación de extraedad se convierte en un mayor factor de riesgo.

Sin embargo, debe aclararse que este único elemento no sería suficiente para hablar de las dificultades de convivencia en los salones de clase. Sería más bien la reunión de diversos elementos, como por ejemplo, la sensación de incapacidad que genera para algunos docentes el hecho de atender particularmente las necesidades de cada estudiante.

"Pueden aparecer agresiones físicas y verbales entre compañeros y hacia los mismos docentes por diferencias a la hora de aprender, de aceptar la diferencia y de relacionarse. Conflictos de género en los casos de los colegios mixtos o las segregaciones entre grupos de compañeros", sostiene Luz Ángela.

Todas estas situaciones de convivencia aparecen igualmente porque por ejemplo, los niños de seis años, que están en primero de primaria no aprenden igual que los que tienen nueve años y se acercan a la preadolescencia.

Las estrategias que use el profesor para enseñar a sus alumnos resultarían complicadas, pues servirían para la mayoría de los chicos, menos para el que es mayor.

Búsqueda de soluciones
El gobierno a través de diferentes estrategias busca que aquellos niños y jóvenes de manera oportuna aceleren su formación y se nivelen para que entren al grado que por su edad deben de estar cursando.

Martha Lucía Aguilar, directora de cobertura educativa en la Secretaría de Educación de Antioquia, manifiesta que el uso del modelo de aceleración de aprendizaje ayuda a que un niño, si tiene por ejemplo ocho años y está en primero, llegue más rápido a un tercero o cuarto de primaria.

"Realizamos un estudio donde encontramos aquellos niños en extraedad, los reunimos en un grupo y les realizamos cursos de aceleración para que en un año puedan pasar de primero a tercero o hasta cuarto. Grupos de 25 alumnos, teniendo en cuenta no desmantelar tampoco los grupos y respetar las relaciones técnicas en los establecimientos educativos. La extraedad se ataca más en la primaria, para evitar que hayan chicos en secundaria en este problema", asegura la funcionaria.

Sin embargo, en ocasiones no hay estudiantes suficientes para crear los grupos, entonces lo que se hace es un trabajo personalizado con el fin de que el niño no deserte y también pueda llegar al grado que le corresponde.

"Esta es una manera de apoyar el proceso, mientras que con ayuda de las instituciones educativas, sus directivos y los docentes se realizan dentro de las aulas de clase procesos de inclusión, de resolución de conflictos, para que el chico en extraedad no sufra de discriminación alguna. El establecimiento debe generar las condiciones para que ellos estudien y no deserten", aclara la directora de cobertura.

Ahora bien, desde la Secretaría de Educación de Medellín, la problemática se trabaja partiendo de la aceleración del aprendizaje, como lo hace el gobierno departamental.

A corte de diciembre de 2013, el número de estudiantes en extraedad desde el grado transición hasta 11, en Medellín, era de 17.800, correspondiente al 5,35 por ciento de toda la población estudiantil de la capital antioqueña. Siendo la secundaria, con 10.130 estudiantes, el nivel académico que tiene más chicos en esta condición.

"A estos niños y jóvenes con ayuda de programas como Buen Comienzo, Procesos Básicos y las Unidades de Atención Integral, les brindamos apoyo en aquellas necesidades educativas especiales", dicen desde la Unidad de Análisis Sectorial de la Secretaría de Educación de Medellín.

El trabajo de los papás
Como en todo proceso con los niños, sus padres son el apoyo más fuerte. Sin ellos, la labor del colegio sería insuficiente para que se sientan seguros de llegar al grado que deben cursar.

La trabajadora social de la Universidad de Antioquia, Olga Bolívar, sostiene que la institución educativa debe, con los papás, crear un plan de trabajo o un compromiso en el que todos vayan por el mismo camino.

"Muchas veces la situación de extraedad es por un problema cognitivo, lo que padres de familia y educadores deben identificar. En ocasiones, crear un plan de incentivos con el estudiante y los papás y que lo tomen como un reto familiar, es una buena opción que permitirá acelerar el aprendizaje del niño o joven", manifiesta la trabajadora social.

Para la sicóloga Ramírez, papá y mamá pueden acompañar al niño fomentando el desarrollo de conductas prosociales, es decir, enseñarle a su hijo la convivencia con las personas de otras edades y con otras características.

"Finalmente creo importante resaltar que no sólo la familia del niño en extraedad necesita el acompañamiento, sino ambas partes. En el caso del matoneo o bullying, por ejemplo tenemos agresores, víctimas y espectadores, así que los asuntos de la convivencia y la aceptación de la diferencia nos competen a todos".

En fin, los estudiantes en extraedad, ya sea en la primaria o la secundaria deben ser acompañados para evitar ser excluidos, violentados u olvidados.

Su derecho a estudiar es tan válido como el de los demás, por eso encontrarlos y apoyarlos debe ser un deber de todos.

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