Hace 22 años el equipo de Merlín Producciones se reunió con un propósito que suena utópico en el mundo cultural: vivir de su trabajo. En su caso, vivir de crear y producir música enfocándose en los sonidos populares, folclóricos y tropicales colombianos. Juan Felipe Arango, Gabriel Vallejo y Juancho Valencia tomaron el nombre de su compañía del famoso mago de las leyendas célticas por su capacidad de transformar cosas. Centenares de trabajos musicales y premios después creen haberlo conseguido.
En su estudio han grabado álbumes para ChocQuibTown, creado composiciones para Monsieur Periné, trabajos de batería y percusión para Fonseca, arreglos para Juan Carlos Coronel... Han ganado 4 Grammy Latinos con las agrupaciones Puerto Candelaria, la Orquesta Filarmónica de Bogotá, Jaramar y el Cuarteto Latinoamericano y ChocQuibTown, y recibido 9 nominaciones, incluida una al Grammy Anglo.
Arango, productor ejecutivo y mánager, cuenta que Merlín es un “sueño” que empezó a gestarse desde la infancia. Con Gabriel Vallejo, productor de sonido de la compañía, participaban en los eventos y grupos musicales del colegio donde se conocieron. “Fue como un sueño que creció a medida que nos hicimos adultos”, resume.
Sus caminos se separaron al salir de la escuela: Gabriel viajó a Inglaterra a estudiar guitarra y Juan Felipe hizo una carrera de producción de sonido en España. Mantuvieron el contacto por correo electrónico y al regresar se juntaron, ilusionados con crear un estudio de grabación. Pero les faltaba una “ficha” para complementar su experiencia: ahí entró Juan Valencia, productor musical a quien conocían como un estudiante destacado de la Universidad EAFIT.
En un pequeño garaje de un edificio de Laureles que con el tiempo se fue agrandando tuvieron la primera reunión. “Desde entonces no hemos parado”, sostiene Arango. Hoy, ese mismo espacio ubicado en el sector Santa Teresita tiene sala de ensayo, estudios de grabación y oficinas administrativas donde diez personas trabajan directamente y alrededor de 30 prestan servicios en los proyectos. Desde hace unos años, como parte de una estrategia de responsabilidad social y ambiental, todas sus grabaciones son hechas con energía solar.
En palabras del productor ejecutivo, a comienzos de este siglo se empezó a despertar un movimiento de “nuevas músicas colombianas”, encabezado por artistas con quienes decidieron trabajar para darles un “nuevo empaque” pensando para todas las edades. “La música colombiana pero con un nuevo aire”, explica Arango.
Paralelamente, Merlín Producciones deja otra marca en los antioqueños a través de la dirección artística de eventos públicos y privados. Durante cinco años curaron la Feria de las Flores, en la que buscaron dar a conocer “artistas talentosos y diferentes a los convencionales”, para que no todo fuera “rumba y baile”.
Tras acompañar y crecer junto con centenares de artistas de dentro y fuera del país, han descubierto en carne propia el desafío de laborar en el sector cultural. Desde el inicio tenían claro que “ser independientes, alternativos y diferentes iba a ser un reto gigantesco, pero iba a ser lo que nos volvería únicos”. Así y todo, reconocen que pisan un terreno en permanente crisis: “El sector cultural es uno de los más aporreados, al que menos presupuestos le asignan; ante cualquier emergencia, los gobiernos recortan recursos a la cultura y a los artistas”, reflexiona Arango.
Pero no retroceden ante estos problemas, y menos con la certeza de que la música colombiana vive “su mejor momento”. Juan finaliza: “Somos protagonistas de la escena en conciertos, emisoras, plataformas de internet, festividades, en todas partes los músicos del país están presentes y se han vuelto un ejemplo importante de gestión y producción musical en Latinoamérica”.