No hay que ver un episodio para entender el que sigue, son historias independientes, cortas (entre 8 y 17 minutos máximo), exploran diferentes técnicas y tonos narrativos y marcaron una pauta en 2019 en cuanto a la animación para adultos. “Fue de lo mejor que salió en Netflix ese año, la vi varias veces y siempre la disfruté muchísimo”, cuenta el animador Ricardo Pérez Alzate, docente de dibujo en la UPB y en la Institución Universitaria Pascual Bravo.
Se llama Love, death & robots (Amor, muerte y robots), una antología que cuenta con 18 episodios en su primera temporada y que este viernes 14 de mayo estrenará una segunda con ocho. Historias de ciencia ficción, de otros mundos, gigantes desnudos, robots enloquecidos, humor negro y más.
“Son animados para adultos, se recomienda que no lo vean los niños porque hay desnudos bastante explícitos y violencia, por ejemplo”, explica el docente Pérez quien añade que es un nicho que ha estado sesgado porque antes se pensaba en animación como sinónimo de infantil, “los adultos que disfrutan de la animación han estado peleando por aplacar ese sesgo y hoy, este tipo de producciones, están encontrando un lugar en los servicios de streaming”.
Una historia luchada
Tim Miller, su creador, dijo en una entrevista cedida por Netflix para EL COLOMBIANO, que ser testarudo le ayudó a ver su idea plasmada en la televisión: “Cuando hablo con estudiantes o artistas más jóvenes, mi consejo número uno es: quédese en el juego. Si sigues intentándolo, eventualmente podrás conseguir tu oportunidad”.
Tras debutar como director en Deapool (2016) se le abrieron las puertas y logró materializar su sueño.
Miller llevaba años añorando hacer películas animadas para adultos y cortometrajes en su casa de animación Blur Studio. Se asoció con el director David Fincher (reconocido director de videos para Madonna, Michael Jackson y Justin Timberlake que también ha hecho cine y televisión al frente de capítulos en Mindhunter o House of cards) y empezó el proyecto.
“No podríamos haber estado más felices con la respuesta al programa”, recuerda Miller, sobre la emoción en torno a la primera temporada y el apetito por más.
“Fue exactamente el tipo de recepción apasionada por parte de los fanáticos de la animación que David y yo esperábamos, pero durante muchos años nos habían dicho que no sucedería”.
Todo un arte
El profesor Pérez destaca la calidad y las técnicas de animación muy bien ejecutadas en Love, death & robots: “Lo valioso no es como encuentran variedad a través de diversas técnicas de animación, sino como reinterpretan esa técnica y presentan un estilo diferente en cada capítulo”.
Para la segunda temporada y tras el éxito de la primera Miller trae a un peso pesado en la animación como supervisora del proyecto, la coreana Jennifer Yuh Nelson, quien en 2011 se convirtió en la primera mujer en dirigir, en solitario, una película de uno de los estudios de animación más grandes del mundo, DreamWorks Animation, la cinta fue Kung Fu Panda 2 (ver Entrevista).
Miller y Nelson se unieron para buscar directores de animación talentosos y diversos de todo el mundo y así lograr en esta segunda parte una mezcla de estilos e historias que van desde la comedia violenta hasta la filosofía existencial. “Es un juego de Jenga tonal y estilístico”, afirmó Nelson, “tratando de averiguar qué director podría manejar mejor qué historia”.
Nelson añade que tras el primer brochazo de éxito lograr mantener el nivel no es fácil, “pero la pregunta más importante es si vale la pena” y en esa búsqueda de directores la clave fue encontrar personas humildes acerca de su talento, “porque cuando las cosas se ponen desafiantes, el ego no se interpone en su capacidad para seguir adelante”.
El resultado fueron esos ocho episodios que se verán a partir de hoy en Netflix y que seguro el profesor Pérez y todos los aficionados a la animación se verán “varias veces”.
Un poco de la técnica
Episodio 5, dibujo nostálgico