Vienen de vacaciones y el de Medellín será el primer espectáculo después del descanso. Los 52 artistas de OVO, la obra que trae el Circo del Sol, deben recordar cada movimiento y su respectivo orden para la puesta en escena de sus actuaciones.
Los turnos de ensayo son programados. Detrás del escenario hay un televisor y cada uno escoge ver en video su rutina, que queda grabada noche tras noche. Se concentran frente a la pantalla antes de salir a cada practica y sacan conclusiones.
Después viene el calentamiento de 30 minutos. “Es lo más importante”, como dice Martín Alvez, el brasileño artista de cuerdas. “Eso evita lesiones”.
Luego, 20 minutos intensos para practicar, revisar y, bajo la atenta mirada de la dirección de la obra, corregir si es necesario. Así transcurre un día en el ensayo de estos artistas que llegaron a Medellín el 2 de octubre. Se pondrán su vestuario, se verán como insectos y esperarán por los aplausos. OVO ya está listo para la puesta en escena mañana. Aquí, en cifras, esto que nos trae el Circo del Sol.