La televisión llegó a Colombia en 1954 y no había programación las 24 horas, era en blanco y negro y un televidente solo podía ver el programa que estaban dando en ese momento. No había chance de elegir. Cuando hoy se sienta frente a esa pantalla, las hay gigantes de 75 pulgadas, tiene más de 70.000 opciones para escoger entre series, películas, documentales, animados infantiles, programas de comedia y los reality, y no solo de Colombia, de más de 100 países y en cerca de 30 idiomas: entre las 16 plataformas que hoy operan en el país, los más de 200 canales de TV por suscripción y los 25 canales nacionales entre privados, regionales y locales.
Ese contenido audiovisual lo puede ver en un computador, tablet o celular (lo que los sociólogos llaman sociedad multipantalla) y además es el dueño del control, el que decide qué ver, cuándo, a qué hora y hasta dónde, y basado en sus decisiones le llegan recomendaciones.
¿Se siente saturado? Y eso que la forma de ver series en plataformas depende de cada uno: un episodio tras otro, sin parar, no hay control del tiempo. Es una fiebre televisiva. “Ha estallado la locura, una vorágine que ha multiplicado el número de estrenos que se producen cada año”, dice el crítico de Barcelona, España, Toni de la Torre en su libro Las series que no me dejan dormir.
Para Omar Mauricio Velásquez, investigador de dinámicas televisivas y coordinador del área audiovisual de Comunicación Social de la U. Eafit, esa multiplicación ha traído narrativas que rompen con todos los moldes y van mucho más allá, “al espectador siempre se le puede sorprender con programas que de alguna manera sean disruptivos y genuinos”.
¿Se benefician los televidentes? Sí, dice el investigador, pero cuidado con los algoritmos. Estos servicios quieren que usted consuma, vea televisión sin freno, por lo que de acuerdo a lo que vea le seguirá dando recomendaciones similares, servicio audiovisual a la carta. Algo perjudicial en esa minería de datos y que lo puede estar privando de ver otras opciones y géneros de muy buena calidad. Por eso, si comparte su cuenta con alguien cercano puede ingresar a otro perfil, para transgredir los consumos habituales. También está el voz a voz para no privarse de buenos contenidos. ¿Y quién más se beneficia?
Productores, directores y realizadores audiovisuales ven aquí otro espacio. Lo dijo el director Mexicano Guillermo del Toro en una conversación con EL COLOMBIANO. “Cargué por 15 años Pinocho y ningún estudio de cine la quería hacer, Netflix me dijo que sí”. Eso se suma a que las plataformas están buscando contenidos locales para diversificar su oferta, lo han dicho abiertamente, quieren expandir la inversión en producciones locales y dar voz a los talentos en la pantalla y detrás de cámaras (HBOMax al anunciar la formación de su nuevo centro de teleseries para América Latina en noviembre de 2021). Es una competencia abierta frente a lo local.
¿Un peligro para los canales regionales y nacionales?
Verónica Heredia, decana de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Medellín, dice que el reto para lo local es grande, “deben buscar cómo captar la atención de la audiencia ante la multioferta de contenidos. Una opción ante el futuro es instalar capacidades para ofrecer contenido de valor o producirlo para las plataformas streaming”. Para Velásquez el momento es incierto para los locales, “están especializados en el magazín en vivo y eso de alguna manera habla mucho de las carencias en el relato de ficción”.
Heredia cita a la profesora y autora española Elena Neira, quien ha llamado al fenómeno La guerra del streaming, y asegura que el futuro será la multioferta de contenidos en múltiples plataformas. “El tiempo del usuario será lo que buscarán captar. Además el contenido original y la diferenciación del catálogo serán fundamentales”. Velásquez añade que tampoco se está lejos de encontrar relatos de la privacidad, “y me estoy adelantando tal vez décadas, pero eso puede suceder de aquí a la vuelta de la esquina, personas que quieran emitir en vivo cosas que le pueden estar pasando en su vida privada”. Guillermo del Toro es más cauto y paciente, “el fenómeno merece análisis, ahora estamos inhalando y ya queremos saber el resultado, espérate que el mundo inhale y luego exhale, estos cambios se van a llevar otros cinco años para definir dónde cae qué, a este fenómeno le falta respirar”.
Un recorrido por esa TV encendida
1979
Tras 25 años en blanco y negro y dos canales que emitían programas musicales, de comedia y educativos llega el color para todos.
1985
Ese año llega le televisión por suscripción en ese sistema y también nacen los canales regionales. Teleantioquia, el primero. Ya se podían ver más canales (hasta 12)
1998
Fueron adjudicados por licitación: Caracol y RCN televisión como canales privados. Ya existía también la TV por cable y la oferta se incrementó (hasta 40 canales)
2011
A la oferta de la TV por suscripción, canales privados, nacionales y regionales se suma el primer servicio de streaming (Netflix) que en su momento ofreció 39.000 películas y series dobladas al español.
2022
A la TV por suscripción, la TV Digital Terrestre (gratuita) se suman hoy 16 plataformas. Unas gratis y otras que van entre $13.900 hasta $38.900
mensuales.
Este, un carrusel que muestra los inventos que llegaron en su momento para entretenermos.