La emoción de la gente llegó al paroxismo. Durante seis días el estado de ánimo del pueblo colombiano estuvo sobresaltado, pero esta vez no fue por un descontento social, sino por una competencia de ciclismo.
Por eso tanto gritos, aplausos. Ese fue el motivo que llevó a que cientos de las personas que presenciaron las etapas del Tour Colombia 2.1 2024, que se corrió entre Boyacá y Cundinamarca, se vieran al borde del desespero para tener una foto, un video, una firma de las estrellas del ciclismo internacional que rodaron por nuestro país.
Hubo quienes, llevando al límite la dignidad, le rogaron hasta el cansancio –casi como haciendo una súplica religiosa– a los ciclistas para que les dieran una caramañola. Ocurrió también que las personas llegaron a poner en riesgo su integridad física –parándose en las vallas– para entregar a pedalistas como el británico Mark Cavendish, el rockstar de la carrera, para que les recibiera un muñeco en madera que le hicieron, un cuadro con su rostro que pintaron.
La carrera de ciclismo de ruta más importante de América Latina, en la que participaron 144 pedalistas (élite y sub-23) tanto del pelotón nacional, como de la categoría Tour Mundial de la Unión Ciclista Internacional, dejó escenas impresionantes como la que se vivió el sábado 10 de febrero en la etapa reina, que culminó con una subida al Alto del Vino, una loma infernal de 30 kilómetros de ascenso que es el punto medio entre Villeta, Cundinamarca (hasta donde bajaron los deportistas) y Bogotá.
Eran las 10:30 de la mañana. Los ciclistas llevaban media hora pedaleando desde Cota, municipio de la Sabana de la capital del país, buscando bajar hacia la provincia del Gualivá cundinamaruqesa. Para lograrlo tenía que pasar por uno de los costados del Alto del Vino. Allí los esperaban miles de aficionados al pedalismo que, desde horas de la mañana se pararon a un lado y otro de la carretera.
Había banderas colombianas ondeándose. Los dos carriles de la ruta quedaban reducidos a nada para que los pedalistas pasaran, como sucede en el Tour de Francia. La gente, con celulares en mano, cámaras de fotografía, go pro, para inmortalizar el momento en el que iban a estar cerca de pedalistas como Egan Bernal, Rigoberto Urán, Nairo Quintana, Richard Carapaz, Rodrigo Contreras (que fue el campeón de la carrera).
Entonces, cuando pasó una fuga de ciclistas, se escuchó un grito ensordecedor y se empezaron a ver personas corriendo junto a los ciclistas, tan pegados que casi les hablaban al oído a los competidores. Todo era fiesta, algarabía. Solo hubo un lunar en ese momento: uno de los personajes que se paró al borde de la carretera intentó quitarle las gafas a Mark Cavendish, quien reaccionó. El robo no se consumó. Al tipo lo detuvo la policía.
Todo quedó transmitido por televisión nacional. Las imágenes de la carrera también tuvieron eco a nivel internacional. No solo en América Latina, donde una cadena televisiva pasó las etapas, sino en el mundo entero porque hubo presentes periodista de medios de comunicación reputados como El País de España, Cyclingnews de Reino Unido, entre otros.
Así las cosas, el Tour Colombia 2024, que se realizó con 6.500 millones de pesos de recursos públicos, terminó siendo una plataforma para que el nombre de nuestro país, gracias al deporte que más glorias le ha dado a nivel internacional desde que empezó la “conquista de Europa” con Lucho Herrera y otros corredores, estuviera en boca de los amantes del ciclismo.
“Esta carrera fue como reactivar la imagen del deporte colombiano ante el mundo. Realizar el Tour Colombia nos amainó un poco la tristeza por perder los Juegos Panamericanos. Con este tipo de eventos se demostró que Colombia está en la capacidad de organizar eventos grandes en las mejores condiciones y esto fue espectacular para la juventud”, comentó Jorge Mauricio Vargas, presidente de la Federación Colombiana de ciclismo, en conversación con este diario.
Esta edición de la carrera, que fue la cuarta y la primera que se realizó desde 2020, representó el regreso a competencias de Nairo Quintana con el Movistar Team después de un año de inactividad en el que resolvió las acusaciones de presunto dopaje que recayeron en su contra. Ese fue uno de los puntos altos.
También fue la primera competencia en la que participaron ciclistas del pelotón internacional que tienen entre sus objetivos de temporada correr el Giro de Italia o el Tour de Francia como es el caso del ecuatoriano Richard Carapaz, quien fue el subcampeón de la ronda colombiana y manifestó que estaba emocionado por lo que vivió durante la semana que estuvo en el altiplano cundiboyacense.
En el mismo sentido se pronunció el ciclista bogotano Esteban Chaves, que hace parte del equipo estadounidense EF: “fue una carrera muy intensa. Quiero agradecer a todas las personas que han hecho que estos sea posible. Esperamos que en una próxima oportunidad se repita y sea más fuerte la competencia. Tenemos que seguir haciendo el Tour y esperemos que cada año podamos tener más equipos, organizarlo mejor, pero ustedes ven lo que representa para el país, para los niños. Para nosotros también es algo que produce mucha felicidad, orgullo, motivación”.
El pedalista antioqueño Rigoberto Urán, que el domingo pasado anunció su retiro del ciclismo profesional, dijo que la gente se comportó de manera espectacular y que correr con un ambiente así es algo que los motiva mucho.
En este Tour Colombia también se volvió a ver con un buen nivel a Egan Bernal y en los lugares por los que pasaron las etapas vieron dinamizada su economía. El ciclismo champagne debe seguir teniendo un espacio para que la emoción de la gente llegue al paroxismo en Colombia.