El grupo de las 39 jugadoras españolas, incluida Jenni Hermoso, ha manifestado su negativa a volver a jugar si no se produce un cambio en la reestructuración de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Tras el escándalo del beso no consentido por parte de Luis Rubiales y el caso ahora en manos de la Fiscalía de España, las futbolistas exigen garantías para regresar a la selección.
“A día de hoy tal y como hemos transmitido a la RFEF, los cambios que se han producido no son suficientes para que las jugadoras se sientan en un lugar seguro donde se respete a las mujeres, se apueste por el fútbol femenino, donde podamos dar nuestro máximo rendimiento”, explicaron.
La presentación de la primera lista de convocatorias por parte de Montse Tomé, la nueva entrenadora de la Selección Española Femenina, ha sido pospuesta debido a la situación actual con las jugadoras.
Inicialmente programada para el pasado viernes, esta presentación se ha retrasado sin una fecha determinada. “El acto de presentación de Montse Tomé y anuncio de la primera convocatoria, previsto para las 16 horas, queda retrasado a un nuevo horario por confirmar”, dijo la RFEF por medio de X.
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La negativa de las futbolistas españolas a acudir a la llamada de la selección está catalogada como una infracción grave según el artículo 104 de la Ley del Deporte. Esta infracción se refiere específicamente a la falta de asistencia no justificada a las convocatorias de las selecciones deportivas nacionales y puede conllevar sanciones.
“Es obligación de los deportistas federados asistir a las convocatorias de las selecciones deportivas nacionales para la participación en competiciones de carácter internacional, o para la preparación de las mismas.” , indica el artículo 47 de la Ley del deporte.
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Según el artículo 104, las sanciones por no responder a una citación oficial de la selección la RFEF podría imponer multas financieras a las jugadoras que se niegan a ser convocadas. La multa puede oscilar entre 3.000 y 30.000 euros.
La RFEF podría suspender temporalmente a las jugadoras, lo que significa que no podrían participar en partidos oficiales o entrenamientos durante un período determinado. La suspensión de la licencia federativa varía entre dos y quince años.
