Tras el empate ante Caldas, la furiosa reacción de la hinchada roja y las declaraciones de Octavio Zambrano en rueda de prensa, despojadas de respuestas satisfactorias para el aficionado, fueron el diciente preámbulo para lo que terminó ocurriendo en la tarde ayer al confirmarse el despido del ecuatoriano como técnico del DIM.
Pero aunque casi de forma unánime la afición roja pedía la salida del ecuatoriano, la determinación de la directiva deja más dudas que soluciones. La primera: ¿quién será el nuevo técnico del cuadro poderoso? A falta de siete jornadas para finalizar el campeonato son pocos los entrenadores de primer nivel que se le medirían a asumir las riendas de un equipo que marcha en el puesto 13, con 15 unidades, y con un panorama complejo para clasificar entre los ocho.
Ayer, minutos después del anuncio, Leonel Álvarez se convirtió en tendencia en Twitter, toda vez que, aunque genera cierta división entre la hinchada, está disponible tras ser despedido en Paraguay.
Cabe recordar que el técnico antioqueño, bicampeón con Medellín, salió en medio de un escándalo aún sin resolver del Libertad, equipo con el cual llevaba una buena campaña hasta su salida.
Óscar Héctor Quintabani fue otro de los técnicos que sonó cuando a principio de año la mala campaña del elenco rojo lo tuvo en el fondo de la tabla y se habló de una fractura entre el grupo y el estratega ecuatoriano.
Quintabani oficia actualmente como analista y no dirige desde 2017, cuando asumió el cargo en Tolima.
Lo imprevisto de la decisión hace poco factible que encuentren en corto tiempo un técnico con las características requeridas. Lo que abre la puerta para la posibilidad del interinato de Ricardo Calle en lo que resta del torneo.
El otro problema que se avecina para el DIM es el tema contractual con Zambrano. “Hay un año de contrato todavía vigente y eso tiene sus aristas”, dijo el entrenador a este medio, evitando ahondar en detalles de su despido.
Su respuesta, sin embargo, permite entrever una situación similar a la que ocurrió con Juan José Peláez, a quien la institución roja despidió y que según el entrenador no indemnizó debidamente.
Tener que afrontar otro pleito por indemnización podría restar posibilidades financieras del club con miras a contratar un técnico de trayectoria y reforzar la plantilla.
Así, pues, finalizó la labor de Zambrano que en 10 meses alcanzó un subtítulo. Dirigió 42 partidos; ganó 15, empató 15 y perdió 12. Dejó grandes frases en cada intervención, pero no logró el “séptimo cielo” que tanto prometió.