Néstor Gregorio Vera Fernández, alias Iván Mordisco, tiene 50 años y es uno de los criminales más buscados por el Gobierno Nacional. Nunca estuvo de acuerdo con la salida negociada al conflicto mientras pertenecía a las Farc y ahora es uno de los cabecillas más temidos de las disidencias.
Las operaciones de la Fuerza Pública, parece, lo tienen rodeado. En la mañana de este 14 de abril se conoció que en medio de una avanzada oficial, el cabecilla escapó en una canoa y el desespero fue tal que olvidó sus gafas, su computador y fusil.
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Por Mordisco ofrecen una recompensa de hasta 4.450 millones de pesos y es buscado por un destacamento de hombres –en colaboración con Estados Unidos– por los departamentos de Caquetá, Guaviare y Amazonas: las zonas donde sabe escabullirse.
El pasado 9 de abril un grupo de 117 hombres se internaron en zona rural de Solano (Caquetá) porque la información de inteligencia les indicaba que el cabecilla estaba allí. Al llegar sostuvieron enfrentamientos: murieron 7 disidentes y Mordisco logró escapar
“Lo que podría decirles es que no ha sido neutralizado porque no tenemos físicamente su cuerpo. Ya sea que esté vivo o muerto, no lo sabemos, pero bajo esa hipótesis consideramos que aún está vivo y huyendo. Eso es lo que creemos, pero lo cierto es que lo seguimos buscando”, dijo el ministro de Defensa, Pedro Sánchez.
El presidente Gustavo Petro intentó incluir a las disidencias de Mordisco en el bus de la paz total. Alcanzaron a pactar cese al fuego, pero los ilegales incumplieron. En marzo, pero del año pasado, los disidentes bajo su mando asesinaron a una lideresa indígena en Toribío (Cauca): desde entonces es uno de los principales objetivos del Gobierno.
Iván Mordisco fue el primer comandante guerrillero en oponerse al proceso de paz que se adelantaba con las Farc. En junio de 2016, meses antes de la firma definitiva, el cabecilla aseguró que el Frente Primero no aceptaría la dejación de armas y sentenció el inicio de la primera disidencia de las Farc.
La vida criminal del disidente inició como guerrillero raso en las Farc. En esas filas tuvo un crecimiento rápido porque se especializó como francotirador y explosivista. Dentro del Frente Primero tuvo tareas como jefe de la compañía de Orden Público en Guaviare y Vaupés, después se encargó del reclutamiento forzado y la protección de los cultivos ilícitos en esa misma región.
En el 2015, agentes de la Brigada Especial Contra el Narcotráfico del Ejército lo capturaron, pero fue liberado instantes después en circunstancias que todavía no son claras. Después fue el primer disidente en desertar del proceso de paz de 2016.
Su protagonismo se incrementó en mayo de 2022. Alias Gentil Duarte, hasta entonces máximo cabecilla de los frentes disidentes, murió en Venezuela y Mordisco asumió todo ese poder. En junio de ese año el Gobierno del expresidente Iván Duque aseguró que había dado de baja al cabecilla: la información fue desmentida por el propio ilegal en un video en el que aseguró que la lucha por los “objetivos políticos” de su organización seguía firme.
Un informe de inteligencia ventilado por El Tiempo indica que las disidencias de Mordisco tienen alrededor de 3.400 hombres: son 2.149 en armas y 1.221 en redes de apoyo. Sin embargo, su liderazgo para mantener cohesionadas a las distintas disidencias empieza a estar en duda.
De acuerdo con la información, conocida por EL COLOMBIANO, la división parte de supuestas diferencias entre “Iván Mordisco” y Ebimelec Eregua Torres (“Alonso 40” o “Alonso 45”), cabecilla del Bloque Amazonía Manuel Marulanda Vélez de esa facción.
Mordisco ya se separó de alias Calarcá y sostienen una disputa a sangre y fuego por el control de territorios como Putumayo, Caquetá, Huila, Amazonas, Meta y Guaviare. También es enemigo de los disidentes de la Coordinadora Nacional del Ejército Bolivariano.
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