En la cálida noche de Ibagué, Atlético Nacional y Deportes Tolima protagonizaron un vibrante duelo de ida en la final de la Liga Betplay-2. Dos equipos con historia y hambre de gloria midieron fuerzas en el césped del Manuel Murillo Toro, dejando un empate 1-1 que promete emociones para el desenlace en Medellín.
Desde el inicio, Efraín Juárez, estratega del conjunto antioqueño, sorprendió con su once inicial. La inclusión de Juan Manuel Zapata en lugar de Andrés Sarmiento, la titularidad de Pablo Ceppelini por Edwin Cardona, y Kevin Viveros reemplazando a Alfredo Morelos, dejaban en claro que el técnico apostaba por variantes que privilegiaban velocidad y recuperación. Y le funcionó.
El plan de Juárez dio frutos rápidamente. A los 35 minutos, Viveros robó un balón clave en campo rival, encaró con valentía a la defensa tolimense y sacó un remate que exigió al portero William Cuesta. El rebote cayó en los pies de Dairon Asprilla, quien con sangre fría definió para abrir el marcador. Nacional lo ganaba 1-0 y su propuesta ofensiva se traducía en resultados. El primer tiempo cerró con dominio verdolaga. En el segundo tiempo se vio la seguridad de David Ospina, quien salvó en la raya la única oportunidad clara de Tolima antes del empate.
Pero el fútbol es impredecible, y el destino tenía otros planes. Apenas iniciada la segunda parte, Sebastián Guzmán protagonizó la acción que cambiaría el rumbo del partido. Un resbalón fortuito mientras marcaba a un rival fue interpretado como falta merecedora de segunda amarilla. La expulsión, injusta, dejó a Nacional con 10 hombres. El golpe anímico fue evidente, y Tolima lo aprovechó.
A partir de ahí, el conjunto pijao comenzó a inclinar la cancha a su favor. Con paciencia y precisión, gestaron el empate en los pies de Gustavo Ramírez, quien a los 75 minutos venció a Ospina con un remate certero. La igualdad encendió las gradas del Murillo Toro y sembró la duda en los visitantes, que tuvieron que replegarse para resistir el embate local.
A pesar de la desventaja numérica, Nacional mostró temple y unión. Los jugadores se multiplicaban en cada rincón del campo, respaldándose mutuamente para contener a un Tolima que buscaba la victoria. Incluso, el verde no renunció al ataque. En una transición rápida, Andrés Román quedó mano a mano con Cuesta, pero su definición careció de puntería.
Con el pitazo final, el 1-1 quedó sellado en el marcador, dejando la serie abierta para el partido de vuelta en Medellín. El Atanasio Girardot será el escenario donde Nacional buscará conquistar su estrella 18, impulsado por su gente y la ilusión de un cierre de año histórico con la doble corona.
Este domingo a las 6:00 p.m., el estadio será un hervidero de emociones. Nacional, con la motivación de su hinchada y la mística de sus noches mágicas, tendrá la oportunidad de levantar un nuevo título.
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