El presidente de Atlético Nacional, Sebastián Arango Botero, se mostró profundamente indignado tras las sanciones impuestas por la Dimayor debido a los disturbios que se presentaron el pasado 26 de septiembre en el estadio Atanasio Girardot. Arango Botero considera que las medidas tomadas no solo son desproporcionadas, sino que también generan un peligroso precedente en el fútbol colombiano, alentando a los hinchas violentos a acabar partidos para obtener ventajas.
El presidente del club verde aseguró que Atlético Nacional cumplió con todas las obligaciones establecidas por la Mesa del Fútbol, una instancia en la que participan diferentes actores como representantes de los hinchas de Nacional y Medellín, el Inder, la Alcaldía de Medellín, y la Liga de Antioquia. Según Arango Botero, los acuerdos establecidos para garantizar la seguridad en el partido fueron respetados en su totalidad por parte del club.
“Rechazamos esa decisión, porque nosotros cumplimos con los compromisos que teníamos ante la Mesa del Fútbol. Allí las decisiones son democráticas y Nacional se acoge a lo que esa Mesa diga. De ahí salieron unos compromisos para el partido y nosotros cumplimos con ellos”, afirmó Arango Botero, dejando claro que el club actuó conforme a lo que se había estipulado.
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Uno de los argumentos principales del presidente de Atlético Nacional es que el club no tiene control absoluto sobre el estadio durante los partidos. Explicó que el Puesto de Mando Unificado (PMU) toma el control del escenario y toma decisiones sobre la seguridad en las tribunas, mientras que Nacional solo es responsable de la cancha, camerinos y palcos.
“No tenemos custodia sobre la totalidad del estadio, únicamente sobre cancha, camerino y palco. Garantizar otros controles es imposible, además de que no podemos requisar a nadie”, señaló Arango Botero, enfatizando que la responsabilidad de lo que ocurre en las tribunas recae en las autoridades, no en el club.
Para Arango Botero, el otorgarle los puntos del partido a Junior de Barranquilla envía un mensaje peligroso que podría incentivar a las hinchadas violentas a interrumpir partidos en el futuro con la esperanza de que se le otorguen los puntos a su equipo. “Es una motivación para la hinchada visitante acabar con cualquier partido de la manera más sencilla, porque los puntos van a ser para su equipo”, afirmó.
El directivo calificó la sanción como “completamente desproporcionada” en comparación con las pruebas presentadas por el club, que demostraban que Nacional cumplió con sus deberes en cuanto a seguridad, pero que no tenía el control de las tribunas. “Demostramos que no teníamos el control, no porque no quisiéramos, sino porque no nos corresponde”, explicó.
Ante esta situación, Sebastián Arango Botero confirmó que Atlético Nacional apelará la decisión de la Dimayor, con la esperanza de que se reconsideren las sanciones impuestas al club. Además, el directivo convocó una rueda de prensa para este jueves, donde espera brindar más detalles sobre las acciones que el club tomará frente a esta controversia.
En conclusión, las palabras de Arango Botero reflejan la frustración del club frente a una sanción que, según él, perjudica gravemente a Atlético Nacional y fomenta un comportamiento peligroso entre las barras. Lo que está en juego no es solo la justicia para el equipo, sino también el futuro de la integridad del fútbol colombiano.
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