La decisión que tomó en días recientes la Liga Antioqueña de Voleibol, de excluir a Emiliana Castrillón Jaramillo del torneo femenino por ser transgénero, revivió el debate sobre esta población y su desempeño deportivo.
La reglamentación mundial del deporte está basada en las ramas masculina y femenina, no existe ninguna más, según expone el médico Juan Diego Párraga Botero, del Comité Olímpico Colombiano. Por ello los atletas se clasifican en una de las dos, no existe una categoría especial o para transgénero.
Actualmente, uno de los casos a nivel internacional que más relevancia tiene es el protagonizado por la nadadora Lia Thomas, quien pasó a la historia el 17 de marzo de 2022 al convertirse en la primera persona transgénero en ganar un campeonato en EE.UU. de la División I, al completar las 500 yardas (457 metros) en natación estilo libre femenino en 4 minutos y 33,24 segundos. Thomas representa a la Universidad de Pensilvania.
En febrero de ese año, la natación estadounidense había actualizado su política para permitir que los atletas transgénero naden en eventos de élite, cumpliendo con ciertos criterios, como la suspensión de testosterona durante un año.
Lia comenzó en la natación a la edad de 5 años y compitió con hombres hasta 2017 cuando se descubrió como trans. En 2021, tras realizar el proceso hormonal, empezó a competir con mujeres.
Ella ha manifestado su ilusión de competir en París 2024 y dirigentes de USA Swimming (ente que regula la natación en Estados Unidos), han dicho que no tienen ningún reparo en que lo haga.
El Comité Olímpico Internacional se reunió en noviembre de 2021 y estableció algunos parámetros (ver recuadro), lo que pudo abrir una posibilidad para la participación de esta deportista en los Juegos Olímpicos de 2024.
Sin embargo, aclaró que todas las federaciones tienen la potestad de ajustar su reglamento y es ahí donde Lia quedó sin opción de seguir compitiendo, porque la World Aquatics, entidad que regula la natación en el mundo, ya dictó reglas para estos casos.
La nadadora emprendió una lucha jurídica con la entidad, pues la World Aquatics incluyó en el reglamento una cláusula especial donde estipula que para hacer parte de pruebas oficiales, el deportista transgénero debe haber iniciado su proceso de cambio antes de la pubertad.
La World Aquatics creó también la categoría open en la que pueden competir nadadores transgénero o binarios en las pruebas de 50 y 100 metros en todos los estilos, algo que se iba a ensayar en Berlín 2023 (octubre), pero fue suspendido por falta de participantes.
Como Lia no ha podido actuar, demandó a esa organización ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). La deportista, de 25 años, está a la espera de una respuesta a su demanda y de la programación de una audiencia.
¿Qué dice la reglamentación?
En los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 se permitió la presencia de un transgénero en levantamiento de pesas.
A raíz de ese caso, varias federaciones deportivas internacionales han establecido los parámetros que deben cumplir los atletas con esta condición para ser aceptados en campeonatos.
Federaciones como ciclismo, atletismo y natación reglamentaron que el cambio de género se tiene que dar antes de la maduración sexual del atleta, algo que según confirmó el médico Párraga se presenta entre los 12 y máximo 14 años de edad. Estas se unieron a rugby y fútbol, que abogan por una categoría especial para personas que han cambiado de género.
Félix Andrés Burgos, abogado especialista y profesor de Derecho Deportivo, recuerda que, en muchos países, incluido Colombia, los menores de edad no pueden tomar ese tipo de decisiones sin tener el consentimiento de los padres, por lo que el derecho de decidir individualmente, solo lo puede ejercer cuando cumple la mayoría de edad.
“Hay que recordar que en Estados Unidos existe una reglamentación específica sobre este tema desde los torneos escolares, por ello tienen la legislación colegial, en la que se dictan los parámetros para que un deportista pueda iniciar su proceso de cambio de género si así lo expresa”, comentó.
Aunque en el mundo se habla de inclusión, igualdad y respeto al libre desarrollo, Burgos es claro en afirmar que cada deportista se tiene que regir por lo establecido por la federación internacional de su disciplina, la cual, a su vez, regula a las federaciones de cada país y estas, a las ligas de cada región.
Al ser consultado sobre la posible ventaja que algunos dicen que beneficiaría a las mujeres transgénero, el médico Párraga sostiene que es muy relativo. “El deporte va más allá de si eres hombre o mujer, se relaciona más en cómo y cuánto entrenas y cómo mejoras”.
El debate está abierto y aunque se ha avanzado en legislación y ya existen parámetros, no es fácil ni común que los deportistas transgénero estén en el alto rendimiento.
Medidas tomadas por el COI
En noviembre de 2021, el Comité Olímpico Internacional estableció 10 parámetros que deben cumplir los atletas que quieran ser reconocidos como transgénero.
1. Inclusión: cualquier persona, no importa su identidad de género, expresiones o variaciones del sexo, debe poder participar en el deporte en forma segura y sin prejuicios.
2. Prevención del daño: las organizaciones deportivas deben identificar y prevenir impactos negativos directos e indirectos en la salud y bienestar de los atletas.
3. No discriminación: los criterios de admisión deben ser establecidos e implementados de forma justa y de manera que no excluya atletas de las competiciones debido a su identidad de género, apariencia física o variaciones sexuales.
4. Equidad: las organizaciones deportivas deben emitir criterios de elegibilidad para las categorías de hombres y mujeres de una competición, y otorgar confianza para que ningún atleta en una categoría tenga una ventaja competitiva desproporcionada.
5. No hay presunción de ventaja: ningún atleta será impedido de competir o excluido de participar por una supuesta o percibida ventaja competitiva desleal, debido a su aspecto físico, sus variaciones de sexo o su condición de transgénero.
6. Enfoque basado en la evidencia: cualquier restricción debe estar basada en una investigación robusta que demuestre una ventaja competitiva consistente, injusta, y desproporcionada en el rendimiento, o un riesgo no prevenible a la seguridad física de otros atletas.
7. Primacía de la salud y la autonomía corporal: los atletas nunca deben ser presionados por una federación internacional, organización deportiva u otra parte, para llevar a cabo un tratamiento o procedimientos médico para cumplir con criterios de elegibilidad.
8. Enfoque centrado en las partes interesadas: al revisar, evaluar o actualizar criterios de elegibilidad, las organizaciones deportivas deben consultar con una sección transversal de atletas que podrían ser afectados negativamente, para prevenir el daño.
9. Derecho a la privacidad: la información médica sobre un atleta, incluyendo los niveles de testosterona, que es registrada en el contexto de los test anti-doping, deben ser aplicados en cumplimiento de las leyes de privacidad aplicables y no pueden ser publicados.
10. Eventos periódicos: los criterios de elegibilidad deben ser sujetos de revisión periódica previsible que refleje cualquier desarrollo ético, legal, científico en materia de derechos humanos en esta área, e incluir los comentarios de las partes interesadas afectadas
