Tras cruzar la meta en Messina, final de la quinta etapa del Giro de Italia, Fernando Gaviria siguió corriendo, lleno de euforia, en busca de su madre María del Carmen, su padre Hernando, hermana Juliana y su cuñado Fabián Puerta.
El abrazo que les dio fue la señal del sentimiento de alegría que lo invadía tras lograr su segunda victoria en la carrera rosa, en la que, de paso, se enfundó la camisa morada que lo identifica como líder de los puntos (el más regular) y la cual estaba en poder del alemán André Greipel (Lotto Soudal).
Tras vencer en el recorrido de 159 kilómetros, con inicio en Pedara, el nacido en el municipio de La Ceja se convirtió en el segundo corredor menor de 23 años (tiene 22) en ganar dos o más etapas en un Giro, el otro fue el local Damiano Cunego, que con 22 se impuso en cuatro fracciones, en 2004.
“Ahora tengo una razón más para culminar la competencia en Milán (la camisa de puntos), pero quedan muchas etapas, algunas muy difíciles. Prefiero pensar solamente en el siguiente día. Si termino, seré otro Fernando, el chico se habrá convertido en un hombre”, indicó el colombiano a la agencia EFE.
También, con gratitud, se abalanzó a sus compañeros del Quick-Step, que hicieron un trabajo impecable para llevarlo al último tramo, en el que sacó su potencial para cerrar con broche de oro el esfuerzo realizado.
“Estoy feliz, las piernas están respondiendo de la manera que queríamos. Esta victoria no es sólo para mí, es para todo mi equipo que trabajó perfecto. También es digno darle este regalo a mi familia y al país”, señaló Fernando, quien de paso igualó las gestas de Lucho Herrera (1989), Iván Parra (2005) y Nairo Quintana (2014) al imponerse en dos etapas en un mismo Giro.
Fue un día ideal para Gaviria y su escuadra, ya que su compañero, el luxemburgués Bob Jungels, sigue líder de la general.
Aventaja por seis segundos a Gerain Thomas (Sky) y por 10’ a Adam Yates (Orica). Con esa misma diferencia están los favoritos Vincenzo Nibali (Bahrain), quinto, y Nairo Quintana (Movistar), séptimo.
La jornada larga y ondulada, de 217 kilómetros desde Reggio Calabria hasta Terme Luigiane, le espera hoy al pelotón. Por lo pronto, Colombia hace fiesta en el Giro del Centenario.