El público aguanta en silencio apenas cuatro minutos. Cuando las trompetas y las cajas empiezan a sonar aparecen también los gritos de júbilo. Es una fiesta chocoana en un recinto dispuesto para la música clásica. La Orquesta Sinfónica Libre de Quibdó interpreta “Parió la luna”, un aguabajo y canto de boga (de los que utilizan los conductores de canoas cuando navegan por las aguas del Pacífico), con una sabrosura tan contagiosa que los asistentes terminan uniéndose con las palmas.
Ocurrió en 2015 en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá. El registro audiovisual del evento es una de las tantas muestras de que la Orquesta es libre: libre de los formalismos absolutos de la música clásica y del refinamiento que suele haber en las interpretaciones.
La Orquesta es una mezcla de colores y está llena de ancestralidad africana, es un laboratorio musical. Esto la hace única “y ahí está el reto”, dice Indalecio Sánchez, su director: “está en lograr integrar los sonidos tradicionales con los sonidos sinfónicos, en buscar la unidad sin que se pierda la esencia y la técnica de ambas músicas. La meta es que se cojan de la mano y hagan crecer la orquesta”.
La conforman en total 170 niños, adolescentes y jóvenes afrocolombianos, mestizos e indígenas de Quibdó, capital de Chocó. Su apuesta es versátil, cuentan con instrumentos sinfónicos como violines y trompetas, pero también con instrumentos propios de la tradición del Pacífico colombiano como la marimba de chonta, la tambora y la guasá. Sus programas suenan a Chaikovski, Schubert, río, selva y alabao.
Su paso por Medellín
La agrupación celebrará sus diez años de historia. Este lunes 24 de octubre, a las 7:30 p.m. en el Teatro Metropolitano de Medellín. Lo hará bajo la batuta del maestro Juan Pablo Valencia, quien fue director nacional sinfónico en la Fundación Nacional Batuta entre 2014 y 2015.
“Dirigirla es reconectarme con un proyecto que fue un impulso en mi carrera como director”, dice, “además, el talento de los niños y niñas del Chocó sigue siendo como un diamante en bruto que, entre más se pule, más brillo le sale”.
Su repertorio de esta noche será entonces un diálogo entre la música universal y la música del Pacífico.
Pasarán por obras del estadounidense Aaron Copland, del italiano Gioacchino Rossini y de los quibdoseños Alfonso Córdoba Mosquera, Madolia de Diego, Augusto Lozano y Neivo J. Moreno.
Más sobre la Orquesta
Pertenece a la Fundación Nacional Batuta, que tiene más de 30 años de historia. De los más de 1.600 niños y niñas que han participado de sus proyectos, cerca de 50 han continuado con estudios musicales de carácter profesional. “En espacios como este (la orquesta) los jóvenes han podido forjar sus sueños y proyectos de vida desde una formación técnica”, dice María Claudia Parias, presidenta ejecutiva de la Fundación Nacional Batuta, “así mismo, se han acercado a una idea de ser humano integral y han encontrado que las prácticas artísticas dignifican la vida, la enriquecen y la enaltecen”.
El paso de la orquesta por Medellín responde también a la intención de generar lazos de comunicación entre dos departamentos atados históricamente: Chocó y Antioquia.