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Gregory Porter, para quitarse el sombrero

El cantante de jazz se presenta el 5 de octubre en Medellín. El ganador del Grammy visita por primera vez la ciudad.

  • Gregory Porter se presentará en la ciudad en el Club El Rodeo a las 8:30 de la noche el próximo jueves 5 de octubre. FOTO cortesía silencio jazz club
    Gregory Porter se presentará en la ciudad en el Club El Rodeo a las 8:30 de la noche el próximo jueves 5 de octubre. FOTO cortesía silencio jazz club
03 de octubre de 2017
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Si no ha escuchado cantar a Gregory Porter, hágalo con los ojos cerrados. En penumbra suena perfecto y después de una larga jornada de trabajo, mucho más.

La voz del cantante de 45 años es sutil y precisa. El Jazz Times lo catalogó como el gran vocalista del género que “abraza la lucha entre alegría y dolor”. El New York Times, por su parte, en la reseña del álbum Liquid Spirit, de 2013, escribió que era un cantante “con una presencia emocionante y un barítono en auge con un regalo elevado en su voz”.

Jugador de fútbol americano, Porter cambió su rumbo como deportista por el canto a raíz de una lesión. También tuvo una cirugía en su piel que lo obligó por un tiempo a recurrir al sombrero para cubrir su cabeza y cuello. Siguió usándolo y es hoy un sello de identidad.

El artista completa cuatro discos de estudio, dos de los cuales (Liquid Spirit y Take me to the alley) ganaron el Premio Grammy como Mejor Álbum de Jazz Vocal. El norteamericano conversó con EL COLOMBIANO antes de su primera presentación en Medellín.

Una lesión en el fútbol lo llevó al canto. ¿Antes la música no era una prioridad?
“ Yo era un atleta, estaba en la universidad y eso era lo mío. Me paseaba con chaquetas y camisetas de fútbol. Cuando me lastimé y no pude jugar más, dejé de ser el deportista que era, apenas podía correr sin que mi cuerpo me doliera, ya no era competitivo. Tuve que buscar otra pasión, y volví a un amor que no había olvidado y era la música. Cambió mi vida, tenía otros amigos, empecé a ir a sesiones de jam de jazz (improvisación) en San Diego, California, y ahí comenzó esta carrera”.

¿Cómo dar profundidad y melancolía a sus canciones a través de su voz?
“Creo que la profundidad de la emoción y melancolía, y también a veces la tristeza, vienen de dibujar mis experiencias de vida y ponerlas en la música. El primer consejo musical que recibí fue cantar con entendimiento, eso es lo que hago y lo que ustedes oyen”.

Usted forma parte de esos nuevos músicos que le han dado al jazz otro sonido...
“Es la música de mi casa, de mi gente. El jazz, el blues, el gospel y el soul son expresiones musicales para mí. Me gusta el hecho de expresarme de cualquier manera. La rabia, la política, el amor, la vulnerabilidad, todo eso es aceptable en estos géneros”.

¿Qué percepción tiene de Colombia y su música?
“Tengo muchos deseos de conocer la belleza de la gente y los sonidos de este país. Tengo amigos colombianos en Nueva York y me he reunido con compatriotas suyos en todo el mundo. Uno de mis restaurantes favoritos, que visitamos mi pianista y yo, queda en San Diego y es colombiano”.

¿En qué momento su sombrero se convirtió en un símbolo de identidad?
“Yo estaba en Nueva York trabajando en una cocina, esto fue antes de pisar los escenarios, (y tuvo una cirugía). Me movía en ese estilo. Ahora la gente me reconoce así”.

¿Cómo mantener los pies en el suelo con tanto reconocimiento y fama?
“Mi familia me mantiene muy regulado. Mi hermana, mi esposa, mi hijo, me sostienen. Todos me hacen saber que soy Gregory Porter, el que recoge con un rastrillo las hojas secas, el que saca la basura y va a comprar la leche. Soy un ser regular, no hay nada especial”.

¿Qué cambió en su vida con los dos premios Grammy?
“Fue todo muy emocionante. La primera nominación me dio la validación en mi proceso, en la forma en que hacía música. Cuando gané el Grammy de Liquid Spirit me sentí como si mi nombre estuviera grabado en un libro, no pueden borrar mi nombre del Grammy, es mío. Después de todo eso mi madre me dijo, justo antes de morir, que no me olvidara de lo que me había dado la música y que había sido la elección correcta. Como artista hay muchas avenidas en las que puedes transitar. He fallado, pero no me he quebrado sino que me he hecho más fuerte y me he convertido en el artista que soy. Sigo creciendo (...). Tuve que vivir momentos de soledad, de ruptura, todo para llegar a un lugar. No se lo deseo a nadie, pero cuando pasa y te encuentres a ti mismo allí, úsalo como aprendizaje

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