Las películas turcas están de moda en Netflix. Tras el éxito de ‘Milagro en la celda 70’, y sin publicidad alguna, una película turca se ha convertido en una de las novedades más vistas por los usuarios de la plataforma Netflix en los últimos días.
Se llama ‘Vidas de papel’. La película recorre las calles de Estambul: sus barrios aquellas calles perdidas, peligrosas y que usualmente ignoran los miles de visitantes que llegan a la ciudad europea que siempre está mirando hacia Asia.
Desde hace un tiempo para acá las propuestas turcas han tenido una gran acogida dentro de Latinoamérica, comenzando por sus extensos melodramas que se emiten por los canales privados nacionales; y también las películas, que usualmente no tenían mucho espacio en la cartelera de las salas de cine, pero sí en plataformas como Netflix, donde han logrado muy buenos resultados.
Aún los usuarios recuerdan ‘Milagro en la celda 7’, que se transformó en todo un fenómeno el año pasado en distintas partes del mundo, en especial en Colombia y América Latina.
Por su parte, ‘Vidas de papel’ es una historia con una intensidad dramática y dolorosa en sus personajes unidos por el abandono en el mundo, enmarcado en la vida de aquellos que se dedican a la recolección y reciclaje de desechos en grandes ciudades como Estambul, capital de Turquía.
Mehmet, papel protagonizado por Cagatay Ulusoy; y Ali, papel hecho por Emir Ali Dogrul, son los protagonistas de esta historia. Estos personajes son la excusa para hablar de temas que aquejan a las más importantes ciudades del mundo, como es la pobreza extrema, el alto abandono infantil, la violencia intrafamiliar y las enfermedades mentales en crecimiento en los ciudadanos y que usualmente no son tratadas correctamente.
Teniendo a cargo un depósito de procesamiento de reciclaje, Mehmet se suele relacionar con niños que han sido abandonados y solo tienen como salida dedicarse a recorrer la ciudad para recolectar cartón y botellas de los basureros de distintos barrios de Estambul.
Es dentro de la bolsa de uno de esos recicladores que encuentra a Ali, un niño que asegura que su madre lo introdujio ahí para evitar que su padrastro lo siguiera maltratando. Así inicia una relación entre un adulto que se ve reflejado en un niño, que como él, ha sido víctima, mientras que el niño encuentra la protección que en casa nunca tuvo.
Una película emotiva de principio a fin, en la que demuestra que la sociedad no ha logrado superar problemáticas como la violencia intrafamiliar y el abandono infantil, junto al retrato de las comunidades de recicladores citadinos, donde la basura de unos puede ser el tesoro para sobrevivir de otros.