Lo de un mundo posapocalíptico en el que todo se ha acabado lo habrá visto en series y películas varias veces con monstruos infectados que matan a los sobrevivientes o con zombies sedientos de sangre.
Esta vez no verá eso. Se estrena este jueves 13 de abril la película Mañana Antes Después, la nueva producción cinematográfica internacional que protagoniza la colombiana Natalia Reyes y que narra la historia de una mujer que, aparentemente, es la última sobreviviente después de la extinción de la humanidad. “Ella en compañía de Lobo, un perro abandonado, recorrerá las desoladas rutas de un mundo en el que la civilización ha llegado a su fin”, dice la sinopsis.
Natalia es el único personaje humano de la cinta enmarcada en la ciencia ficción y el drama, se grabó en Colombia y es una coproducción entre Estados Unidos y Canadá, escrita y dirigida por Alfonso Quijada y producida por Chad Barager.
Ella deberá defenderse sola y además hacer frente a un embarazo inesperado (la actriz grabó el filme mientras estaba embarazada).
Natalia Reyes habló con EL COLOMBIANO de lo que implicó hacer esta película y de sus proyectos futuros.
El peso de la película recae en usted, una mujer embarazada que quedó sola en el mundo, ¿qué tan demandante fue eso para usted?
“Yo creo que es algo que no se ha visto en Colombia, para mí, sin duda el reto más grande al que puede enfrentarse un actor es hacer una película y contar una historia completamente solo, porque yo tenía un perro, pero como no habla, entonces, realmente estaba prácticamente sola. Es una película única, diferente, el gran reto también fue estar embarazada, cuando la terminé tenía ocho meses de embarazo. Además fue hecha durante la pandemia en las condiciones de rodaje, de aislamiento, de control, de pruebas, de distanciamiento social, de tapabocas, o sea, realmente fue una película hecha en condiciones muy particulares y que cuenta una historia que realmente una vez la leí, al principio me parecía absurda y luego cuando realmente estábamos viviendo una pandemia y yo estaba embarazada fue realmente impresionante y sí, un reto muy grande”.
¿Y cómo vivió eso en embarazo, porque también es muy emocional?
“La verdad es que tuve un embarazo muy tranquilo, muy saludable, me sentía muy fuerte, me sentí muy creativa también la película me sirvió para canalizar, nunca me sentí enferma y siempre me sentí bien. Es un momento en el que uno por más fuerte y creativo que se sienta también está muy vulnerable y pues teniendo el 100 % de la carga dramática y de las escenas y del rodaje todos los días y todas las horas eso es algo bastante exigente, pero me sentí muy cuidada por el equipo de producción, estuve todo el tiempo con mi esposo y estuve muy consentida, muy protegida y cuidada”.
¿Y cómo fue el trabajo con Alfonso Quijada, el director?
“Fue un muy bonito trabajar con Alfonso porque es un hombre que tiene una energía muy contagiosa. Él es un hombre que todavía se sorprende y se alegra por todas las cosas que pasa y que a veces uno, digamos que haciendo parte de este mundo pierde esa ilusión y esa capacidad de sorprenderse y él la tiene intacta. Entonces es que realmente es alguien que es súper apasionado y que tiene clara la historia que quería contar y lo contagiaba a uno”.
¿Y que nos puede contar de su único compañero en el set, el perro que interpreta a Lobo?