Tenía siete años cuando Joaquín Salvador Lavado Tejón, más conocido como Quino, empezó a dibujar. Él mismo lo contó en su pagina web, en un espacio autobiográfico en el que explicó que metido en un embrollo ideológico, entre los españoles buenos, los malos, los catalanes que han dejado de ser malos y los argentinos que son buenos, trazó líneas en silencio porque “hablando se arriesga uno a decir cosas equivocadas sobre el bien y el mal”. Era mejor usar el lápiz de otras maneras.
Por eso cuando creció y tras estudiar dibujo en la Escuela de Bellas Artes de Mendoza, Argentina (ver Cronología), se fue por el lado del mundo gráfico y la historieta. Entonces un día nació Mafalda, en sus palabras, “una niña que intenta resolver el dilema de quiénes son los buenos y quiénes los malos en este mundo”. Esa pequeña ha quedado huérfana, su creador y dibujante falleció ayer a los 88 años.
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Su legado y alcance
Para César Leguizamón, docente de historia del cómic en la UPB, Quino es uno de los dibujantes más importantes en el humor gráfico. “De Quino se destaca no solo eso sino su narración. Esa combinación es de sus grandes virtudes porque hay buenos caricaturistas o ilustradores y buenos guionistas de cómic, pero para que esté presente en ambos mundos de forma tan exitosa era porque tenía una magia muy especial”.
Mario Cárdenas, editor en la Revista Blast, lo ubica como un “genio” de la historieta latinoamericana. “Sus tiras cómicas de Mafalda son una pictografía reconocible para los lectores de cualquier lengua, un estilo que supo extender a otras historias y dibujos”.
Y es que Quino, dice el profesor Leguizamón, contaba una historia y dejaba reflexionando sobre temas trascendentales. “Mafalda es un resumen de la situación sociopolítica del mundo cuando Quino contó su historia”, y lo particular es que sigue vigente. Y añade Cárdenas que sus historias gráficas, que siempre están del lado de los más débiles, son una herencia política para muchos dibujantes que han encontrado en sus trazos no solo una forma de resistencia, sino de imaginación ante los días difíciles”.
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Quino no daba entrevistas, entre las pocas está una de la agencia Efe en 2016, en la que le preguntaron sobre cómo lo iban a recordar, y él respondió que como alguien “que hizo pensar a la gente las cosas que pasan. Viendo lo que hice en todos estos años me doy cuenta de que digo siempre las mismas cosas, y siguen vigentes. Eso es lo terrible... ¿No?”.