Un nombre quedó sonando en el sector salud y político tras la anunciada salida de Luis Carlos Leal de la Superintendencia de Salud. Es el del médico Mario Andres Urán, quien aparece mencionado en cuatro oportunidades en el comunicado de prensa que esa entidad publicó sobre posibles actos de corrupción en cuatro entidades promotoras de salud (EPS). Urán es un viejo conocido del sector salud y reconocido como un poderoso lobista.
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Su carrera en el sector inició en 1996 en la Vicepresidencia de Pensiones del Instituto de Seguros Sociales, en donde trabajó hasta 2004. Año en el que se fue a trabajar en la administración de Lucho Garzón en Bogotá (que gobernó entre 2004 y 2007) y en donde llegó a ser subsecretario de Salud. En esa Alcaldía estuvo hasta 2006, pues de allí dio el salto a trabajar en poderosas e influyentes farmacéuticas.
Se trata de la suiza Roche, en donde fue gerente de asuntos corporativos entre 2006 y 2010. En ese año, menos de un mes de salir de Roche, llegó a ser director de la liquidada EPS Caprecom, la que llegó a ser la aseguradora más grande dentro del régimen subsidiado de salud, en donde estuvo hasta 2012. Caprecom entró en liquidación luego de un desfalco que le dejó millonarias deudas con instituciones prestadoras de servicios de salud (IPS) privadas y públicas.
Según investigaciones de la Procuraduría General de la Nación en ese entonces, encontraron evidencias de que se desviaron cerca de $4 billones para pagar cuentas médicas no auditadas, que desaparecieron inventarios de medicamentos y que se desembolsaron recursos a organizaciones de trabajo vinculadas a una misma persona.
Mientras estaba en la multinacional Roche, Urán impulsó en 2009 los enlaces para que el Estado le comprara 426.000 dosis de Tamiflu, un medicamento que supuestamente servía para el tratamiento de la gripa porcina (también conocida como A-H1N1). Por esas dosis, se pagó la suma de $16.000 millones. No obstante, como el impacto del virus no tuvo la gravedad que se había pronosticado, la mitad de esos artículos se vencieron.
De hecho, en 2014 se conoció por una investigación que hizo la oenegé inglesa Cochrane Collaboration que el Tamiflu, en realidad, no tenía impacto significativo en el virus que alertó al mundo entre 2009 y 2010, tras un brote en México y Estados Unidos.
Sus conexiones políticas —que lo ligan a actuales aliados del Gobierno del presidente Gustavo Petro— le dieron para que, en 2012, estuviera a punto de llegar a ser ministro de Salud de Juan Manuel Santos (2010-2018), pero el pulso se lo terminó ganando Alejandro Gaviria Uribe.
Urán, según la denuncia de la Superintendencia de Salud previa al anuncio de la salida de Luis Carlos Leal, tendría injerencia en la administración y manejo de los recursos de la salud en diferentes EPS. En atención a una denuncia que recibió la entidad en septiembre pasado hubo una “presunta confabulación liderada por un particular, el señor Mario Andrés Urán, para la postulación y direccionamiento de contratos a las mismas IPS por parte de las 3 EPS intervenidas, a través de su cargo de asesor en la EPS Coosalud (no intervenida)”.
Por otro lado, la denuncia de la Supersalud señala que se estaban haciendo solicitudes de autorización previa por parte de los interventores de las aseguradoras Coosalud EPS S.A. y las intervenidas Servicio Occidental de Salud S.A., Asmet Salud EPS y Emssanar EPS a Mario Andrés Urán para la postulación de los giros directos de los recursos.
Así mismo, que habría habido un “favorecimiento de unos laboratorios y marcas específicas a través de un plan de compra presuntamente direccionado por el señor Mario Andrés Urán con Indira Ocando y Tony Negrette”.
Para 2020, Urán era el gerente comercial del laboratorio farmacéutico Lafrancol, empresa dedicada a la fabricación de medicamentos genéricos en la región, según informó en ese año la alianza de medios La Liga Contra el Silencio.
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