“Hubo varias fallas en el proceso, pero nunca conveniencia política”. De esta manera, resume el editorial de la revista Semana, lo ocurrido con la investigación sobre las directrices del comandante del Ejército que podrían llevar a repetir la oscura etapa de los falsos positivos.
La investigación, que Semana comenzó desde enero de este año, nunca fue publicada, pero sí fue revelada por el New York Times, en mayo pasado. El hecho llevó a la salida de Semana del columnista Daniel Coronell, quien cuestionó en la última columna que escribió para la publicación si la investigación había sido engavetada para no molestar al Gobierno.
Revista Semana comienza por lamentar la salida de Coronell, pero asegura que la respuesta al columnista requiere un poco de contexto. Reconoce que en el proceso de investigación del artículo se cometieron tres errores que llevaron a dejarla guardada mientras terminaba siendo publicada por el New York Times.
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En primer lugar, la revista admite que su editor de investigaciones comenzó a recoger información sobre el tema desde enero y dos meses después ya contaba con material publicable. Sin embargo, se decidió esperar mientras se profundizaban los hilos de la investigación. Ese, dice la revista, fue el primer error.
El segundo, señala, fue haber contactado al entonces secretario general de la Presidencia, Jorge Mario Eastman, y no al ministro de Defensa, Guillermo Botero. La decisión, explica, se tomó porque se quería saber si el alto gobierno avalaba esas directrices.
Y el tercero fue haber extendido por tanto tiempo la investigación, lo que llevó a algunas fuentes a molestarse y a llevar a otros medios sus denuncias. De ahí que terminara finalmente publicada en el New York Times.
“Frente a este episodio, creemos que reconocer públicamente los errores, en cabeza del director de la revista, Alejandro Santos, es necesario para aprender las lecciones del caso y fortalecer nuestra manera de ejercer el oficio”, afirma el editorial.
Todo este episodio, como lo reconoce el mismo editorial, provocó una ola de críticas contra Semana por lo ocurrido. Se calcula que durante esta semana su cuenta en Twitter perdió alrededor de 40 mil seguidores y algunos líderes de opinión manifestaron su decisión de cancelar su suscripción en protesta por la salida de Coronell.
“No se puede poner en duda nuestra independencia. A lo largo de sus 36 años de historia, Semana ha dado suficientes muestras de su espíritu crítico y de su capacidad de fiscalización, y con este gobierno no ha habido excepción”, manifiesta la publicación.