“Este libro, tiene una frase que yo siempre repito y la recuerdo una y otra vez. Me dejó una marca. ‘Antes de apasionarme por mujer alguna, jugué mi corazón al azar y me lo ganó la violencia’”: expresó el presidente en Corferias.
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Tras citar la frase vino la reflexión con la actualidad del país, pues señaló que la obra centenaria refleja un retrato de la violencia que se repite “una y otra vez de manera intermitente” en Colombia.
“Colombia, las violencias de Colombia. Aquí hay una violencia relatada. ¿Cuántas veces no se ha repetido eso en la historia de Colombia una y otra vez de manera intermitente, como su fuera un signo, como si fuera la marca de los aurelianos (haciendo referencia a Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez) que también morían por esa marca, asesinados, con sus palabras enmudecidas?”, agregó el jefe de Estado.
La destrucción de la Amazonía
El discurso de Petro en la FILBo también giró entorno a la selva amazónica porque “otra vez se está depredando”, pero “ya no es el caucho” como lo relata La Vorágine, “son otras razones, pero se está acabando con la vida”.
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“En este libro se relata un odio y un odio a la naturaleza, un odio a la selva, que en ese entonces describía este autor la codicia de sembrar el caucho para hacerse más y más rico, tumbando la naturaleza viva de la selva”, expresó.
En ese sentido, Petro aseguró que Colombia no entendió “la palabra escrita de José Eustasio (Rivera)”, al insistir en que sus palabras “aún brillan como las estrellas”.
“Esa es la magia de la palabra escrita. Como las estrellas nos llega la vida. Este hombre y su mensaje. Y su mensaje es que la destrucción de la selva no llena sino de odio y destrucción al ser humano”, añadió.
En este punto se refirió a la situación que atraviesa Bogotá con los racionamientos de agua por la crisis de los embalses generada por el fenómeno de El Niño.
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“La quema de la naturaleza es también la quema del ser humano y lo estamos viviendo aquí, en Bogotá. De repente, con un golpe brutal, la ciudad de Bogotá se da cuenta de algo que no se había dado cuenta: esa agua que hoy no bebemos o que hay que racionar. Y ese es el agua que tomamos 9 millones en la selva. Y entonces, ¿por qué se acaba el agua de Bogotá? Porque se está acabando la selva”, finalizó el mandatario.