Desde noviembre el Partido Liberal tiene claro quién será su candidato para continuar con la hegemonía de poder en Envigado, que lleva más de 40 años y que se ha mantenido pese a que desde 1988 existe la elección popular de alcaldes. Se trata del diputado Braulio Espinosa quien lleva meses recorriendo los barrios.
Los llamados a ser sus rivales y quienes podrían amenazar la dinastía roja, no han salido de una pelotera que tiene a las facciones del Centro Democrático enfrentadas por el aval en este municipio.
Cruces de información, señalamientos y la búsqueda de “padrinos” en el uribismo, han sido las características de un proceso interno que ha tenido múltiples mecanismos, pero aún no se conoce al representante de esa fuerza política.
Ni consenso ni empatía
El proceso inició con seis precandidatos y ahora solo quedan dos: el exconcejal Andrés Torres y el concejal actual, Carlos Manuel Uribe.
Cada uno cuenta con diferentes bloques dentro del uribismo. Torres goza del respaldo de dirigentes como Juan Gómez, Luis Alfredo Ramos y Fabio Valencia. A Uribe lo respaldan la mayoría de congresistas y ocho de los nueve miembros de la dirección municipal del partido.
Torres y Uribe en nada han estado de acuerdo. Varios militantes del Centro Democrático en Envigado acusaron a Torres de ser santista por no salirse del Partido de la U y por supuestamente haberle hecho campaña al Sí en el plebiscito. El precandidato lo negó y agregó que el CD es “un partido abierto, en los estatutos dice que es pluralista”.
Las diferencias entre ambos bandos tienen al uribismo sin aspirante a escasos días de que venza el plazo de inscripción de candidatos.
No bastaron los foros ni las entrevistas hechas por un comité de validadores. Mientras en el grupo de Torres querían hacer una encuesta, en el del concejal Uribe sacaron pecho por el respaldo mayoritario de los congresistas porque: “la cantidad de votos que tienen los que me apoyan en Envigado, significa que mi candidatura recoge la representación del partido”, dijo Uribe.
Torres aclaró que “el partido hizo una encuesta por la firma Pronósticos y yo quedé en primer lugar. La dirección del CD tiene los resultados”.
Fue esa encuesta uno de los puntos más álgidos. Los demás precandidatos de la línea de Carlos Manuel Uribe criticaron que no habían sido avisados. Torres por su parte preguntó: “¿A quién le avisan cuando van a hacer una encuesta? Yo también me enteré después, como ellos”.
Los desacuerdos y el pulso están en su máximo nivel. El próximo examen para los precandidatos será un simposio con empresarios y comerciantes de Envigado, para que la dirección departamental integrada por diputados y congresistas emitan un concepto al jefe del partido, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien probablemente inclinará la balanza y terminará con meses de incertidumbre.
Destronar al liberalismo
Si hay un momento para hacer tambalear las toldas rojas en Envigado es este. Raúl Cardona, quien llegó a la Alcaldía en 2015 con más de 37 mil votos, se encuentra con detención domiciliaria por actos de corrupción. Estos hechos aparecerán con fuerza en el debate cuando la campaña se intensifique. Para Espinosa, candidato liberal, “los demás están supeditados a los escándalos de la administración. Mi dinámica es diferente, visitando las casas de los envigadeños y hablando con la gente”.
Braulio, además de contar con la maquinaria liberal, está por sumar coavales del Partido Conservador y Cambio Radical. Incluso en la Alianza Verde pensarían apoyarlo.
Los precandidatos uribistas consideran que no han perdido tiempo en discusiones y pueden ganar. “La intención de voto se consolida el último mes”, dijo Torres. Uribe afirmó que “la campaña de Braulio está congelada, nuestro proceso generó expectativa, nos hemos fortalecido”.