La dirección del Instituto Colombiano de Bienestar Familia (ICBF) se convirtió en la manzana de la discordia entre Cambio Radical y el Partido Liberal. El remplazo de Cristina Plazas revivió la puja entre estas dos colectividades, que cada vez se distancian más de un posible acuerdo electoral para 2018.
Jorge Enrique Vélez, Cambio Radical, le dijo a EL COLOMBIANO que lamenta la salida de Plazas, porque con carácter enfrentó mafias que tuvieron asfixiada esa entidad por décadas.
Agregó que como quien iba a ser el reemplazo, Juan Carlos López, es cercano al Partido Liberal, existe el riesgo de que ese cargo sea utilizado como fortín político, para fortalecer aspiraciones electorales de esa colectividad.
Los liberales responden
Ante la alarma lanzada por Vélez, el senador y precandidato presidencial Juan Manuel Galán le respondió que “el ladrón juzga por su condición”.
Añadió que los funcionarios que ha tenido el liberalismo en el Gobierno se han destacado por cumplir la tarea de manera correcta y no, precisamente, por ser los más politiqueros y clientelistas. Puso como ejemplo la gestión en el ministerio de Salud de Alejandro Gaviria.
Sobre si este debate aleja a estos partidos de la posibilidad de llegar juntos a las elecciones presidenciales, Galán afirmó que cualquier alianza que se dé tiene que ser sobre la base de un programa liberal, de centro, que construya un país de oportunidades, y que no se quede en la discusión del sí o el no a la paz.
Lo que dentro del partido sí dicen, en voz baja, es que si alguien se gastó la “chequera” de Santos, su credibilidad y su capital político fue el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, quien construyó su plataforma política con sus ejecutorias en vivienda en infraestructura.
¿Por qué es apetecido?
El ICBF tiene asignado, para la vigencia 2017, 5,4 billones de pesos. Es una de la entidades del Estado con mayor presupuesto. Aparte de esto, es la única entidad con presencia en los 1.122 municipios del país.
A través del ICBF se contrata la alimentación para millones de niños y también el personal de apoyo en las tareas de protección, promoción y prevención de los derechos de los niños.
En materia electoral las cifras son claras, el ICBF cuenta con 69 mil madres comunitarias, cada una de ellas es, por naturaleza, una líder en su vecindario y tiene importante influencia sobre los padres de familia. En síntesis, con cálculo político, se podría hablar de 200 mil votos.
No se trata de una proyección apresurada, en el Congreso, en particular, hay dos senadores que han garantizado su reelección en buena medida por el apoyo de las madres: Alexander López del Polo Democrático y Ángel Custodio Cabrera del Partido Liberal.
Según Juan Cristóbal Restrepo, director de la Maestría en Gobierno de la U. Javeriana, la lucha política por esta entidad se debe a la gran burocracia y los recursos que maneja.
“Esto evidencia, de alguna manera, las tensiones que tuvo la directora Plazas en relación con los congresistas, en cuanto a sus solicitudes de nombramientos. Uno quisiera que todos los partidos tuvieran el interés de velar por los niños y las familias, pero en momentos electorales es otra la lectura”, agregó.
Al respecto el exviceministro del Interior del gobierno Santos, Juan Fernando Londoño, explicó que, a parte de su presupuesto y la gran presencia territorial, el ICBF tiene una buena imagen en las regiones, y todos esos factores ayudan mucho a conseguir votos en las campañas.
El asunto resulta espinoso, en el Partido de La U están molestos porque salió Cristina Plazas que representaba la colectividad. Los liberales se quedaron con las ganas de que les nombraran al expresidente del club de fútbol Los Millonarios, Juan Carlos López, y ahora sale Cambio Radical a pujar por este cargo. En juego está la cohesión de la Unidad Nacional que ha acompañado al presidente Santos.