Miguel Rodríguez Orejuela, que con su hermano Gilberto, fueron los jefes del Cartel de Cali entre los años 80 y 90, presentó una petición para reducir su condena por narcotráfico, la cual purga en una cárcel de Estados Unidos.
Rodríguez Orejuela, sentenciado a 30 años de prisión en 2006 por conspirar para importar más de cinco kilogramos de cocaína, radicó la solicitud ante la Corte del Distrito Sur de Florida el pasado 31 de octubre, apelando a la enmienda 821, la cual restringe el efecto global de los “puntos de estatus” en los historiales criminales.
Esto quiere decir que la defensa del vallecaucano pide una reducción de dos niveles, la cual, según se explica, significa que ciertas personas actualmente encarceladas podrían ser elegibles para sentencias reducidas que entrarán en vigencia a partir del 1 de febrero de 2024.
La Comisión de Sentencias de los Estados Unidos (USSC), votó el pasado 25 de agosto 4 a 3 a favor de retrasar la aplicación retroactiva de la Enmienda 821 relacionada con antecedentes penales, a la que Rodríguez Orejuela se quiere acoger.
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La defensa señala que el excapo “tiene un riesgo mínimo de incidencia” y pide su libertad bajo el estatuto de “liberación compasiva”, debido a que considera que tiene derecho a una reducción de su condena porque “no utilizó violencia ni amenazas creíbles con la ofensa, el delito no tuvo como resultado la muerte o lesiones corporales graves, el delito no es de índole sexual, no hubo dificultades financieras, y no se involucraron armas”.
Adicionalmente, la defensa sostiene que Rodríguez Orejuela, por su edad avanzada (80 años), tiene problemas de salud, por lo que se encuentra encarcelado en la cárcel de Loretto, en Pensilvania.
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Hasta el momento, no hay respuesta de la Corte de La Florida o de otras autoridades sobre la solicitud del colombiano.
En agosto de 1995, Miguel Rodríguez Orejuela fue detenido por el Bloque de Búsqueda de la Policía y, posteriormente, en 2006, fue extraditado a Estados Unidos.
Su hermano, Gilberto Rodríguez Orejuela, murió en junio del año pasado en una cárcel de Carolina del Norte, donde también purgaba una condena de 30 años por narcotráfico.
El excapo sufría problemas respiratorios. Años después fue diagnosticado con problemas de próstata, hipertensión, gota y trastornos psiquiátricos. En 2020, en medio del confinamiento por la covid-19, había hecho una petición similar a la de su hermano para poder quedar en libertad, pero la solicitud fue negada por las autoridades norteamericanas.