En extrañas circunstancias, un policía falleció en un CAI de Cúcuta, Norte de Santander. El lamentable hecho es investigado por las cuales las autoridades, quienes intentan determinar si se trató de un posible suicidio o el resultado de una manipulación incorrecta del arma de dotación.
Todo comenzó antes de finalizar su jornada, en horas de la mañana, cuando arribaron las patrullas para el cambio de turno. Entre los que arribaron estaban el patrullero Jhoao Carlos Navarro Carreño y un suboficial que lo acompañaba, quienes entregarían todo para que la otra unidad saliera a su recorrido.
Estando en esa transición –según testigos- el compañero de Navarro Carreño habría sacado su pistola de dotación, la cual estaba cargada, y la dejó sobre un pequeño mesón que hay en el CAI.
Supuestamente, Jhoao Carlos, de 32 años, habría agarrado el arma y comenzó a manipularla, en ese momento el otro miembro de la Policía le dijo que se quedara quieto porque estaba lista para ser disparada y que se podría registrar un accidente.
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Según una fuente judicial, el patrullero habría contestado: “vamos a ver si es cierto”, poniéndosela en la cabeza, detrás de la oreja. Pero lamentablemente, la pistola se accionó, propinándose un balazo a quemarropa.
Tras la detonación, el uniformado cayó al piso, agonizante, y su compañero trató de reportar lo sucedido por el radio de comunicaciones, pero los nervios no se lo permitieron y solamente alcanzó a decir que en el CAI había pasado algo grave.
Rápidamente otros uniformados que llegaron al lugar, auxiliaron a Jhoao Carlos Navarro y en un taxi lo trasladaron a la Unidad Básica Leones, en el barrio Puente Barco, pero por la gravedad de la herida lo remitieron a una clínica, donde permaneció varias horas bajo atención médica y falleció.