Restan días para que concluya 2023 y en las arcas del Gobierno aún hay plata sin ejecutar. De cada $1.000 comprometidos por el Ejecutivo, se han destinado $785 y, si bien en los últimos meses se aceleró la ejecución, el presidente Gustavo Petro no deja de seguir la situación con lupa y esta semana se tiene previsto que, uno por uno, cite a sus ministros y directores en Bogotá para que pasen al tablero y expongan cómo han gastado los recursos para hacer realidad el mentado “gobierno del cambio”.
La situación no deja de ser alarmante. Aunque entidades como los ministerios de Educación (88 %), Salud (87 %) o Igualdad (85,2 %) registran altos porcentajes de ejecución con corte a noviembre pasado, hay otras que están relegadas que ni siquiera han comprometido la mitad de sus recursos. Es el caso del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), que dirige Carlos Ramón González, quien apenas ha ejecutado el 15 % del presupuesto. (Ver infografía al final)
Se trata de uno de los incondicionales del primer mandatario, quien en los últimos meses –a cargo del “computador” de Palacio–, ha ido ganando protagonismo y poder al interior del Gobierno. Sin embargo, su pobre ejecución pondría en veremos su permanencia en el Ejecutivo.
Muy de cerca le siguen organismos como Planeación (34.7 %), que lidera Jorge González, o Ambiente y Desarrollo Sostenible (40.9 %), encabezado por la ministra Susana Muhamad, otra de las funcionarias más cercanas del Jefe de Estado y quien tiene a su cargo la batuta de una de las carteras más importantes y decisivas del Ejecutivo.
“La orden es ejecutar. Desde agosto el presidente viene haciendo un seguimiento minucioso a cómo se están gastando los recursos. Hay molestia. La plata está, pero algunos se enredan mucho a la hora de gastar y dejan en veremos los programas que anuncia el mandatario”, explicó una fuente del Ministerio de Hacienda a este diario.
Justamente, desde agosto pasado Petro viene advirtiendo a sus ministros de la necesidad de ejecutar correctamente los recursos y, de hecho, no descarta volver a sacudir su gabinete con tal de que haya resultados en materia presupuestal.
Uno de los indicadores que el mandatario sigue con lupa es el de inversión que, después de lo que se destina para funcionamiento y deuda, es lo que en plata blanca se gasta para darle desarrollo a los programas del gobierno. En este rubro una vez más sobresale el Dapre que, de $1,9 billones, apenas ha gastado $55.192 millones, es decir, un 2,9 %. Nuevamente figura Planeación (18,4 %), pero también Hacienda (19,5 %) y Ambiente (25,3 %).
“Al presidente no le importa tener que volver a hacer un revolcón ministerial con tal de que se acelere la ejecución. Aunque no lo trasnochan las encuestas, sí ha reclamado que la pobre ejecución es causa de que haya mala percepción en algunos sectores. La idea es que en 2024 se le dé forma al fin a Plan de Desarrollo con metas concretas”, precisó una fuente en Palacio.
Teniendo en cuenta que el presupuesto de 2024 será de $502,6 billones y que el objetivo del Ejecutivo es priorizar la inversión regional, se prevé que haya un trabajo mucho más mancomunado con los nuevos mandatarios territoriales en pro de acelerar la ejecución. Justamente, según Planeación, la idea es que el próximo año la mayor parte de los recursos se destinen para transporte (13,9 %); inclusión social y reconciliación (13 %); igualdad y equidad (10,1 %); educación (8,4 %), y agricultura y desarrollo rural (8,4 %).
Está por verse si Petro, después de pasar a sus funcionarios al tablero, adopte decisiones radicales y precipite la salida incluso de su más cercanos coequiperos con tal de que aceleren la ejecución de los recursos. Según las fuentes, en Casa de Nariño la molestia persiste y el propio mandatario sabe que su capacidad de gerenciar y ejecutar está a prueba.