Un verdadero pulso político en cuerpo ajeno se libró entre el vicepresidente Germán Vargas Lleras y el procurador Alejandro Ordóñez en el quinto debate de la reforma de poderes en el Senado. Mientras el primero se salvó de una inhabilidad que podría truncar su eventual aspiración presidencial en 2018 y obtuvo el mismo fuero del presidente, los defensores de Ordóñez, a último momento, lograron aforarlo.
Y es que como suele suceder en Colombia, las grandes discusiones constitucionales terminan personalizándose y por eso el debate de la reforma de poderes sirvió como escenario para que los congresistas simpatizantes de unos y otros protegieran sus intereses.
El lunes, durante la discusión de la Comisión de Aforados en la Comisión Primera del Senado hubo conato de rebelión de las bancadas del Partido Conservador y del Centro Democrático, que condicionaron el fuero para el fiscal a la inclusión del procurador entre los aforados, y así quedó plasmado en el texto final.
“La semana pasada legislaron a favor de Vargas Lleras, pero dijeron que era a favor de las instituciones y luego vuelven a legislar con nombre propio con lo del fuero para el Procurador, demostrando que en esta Comisión se legisla para aquel que tenga el cargo y poder capaz para mandar una razón”, afirmó el senador Armando Benedetti.