Bogotá ajustó 36 días sin lluvias y las autoridades tuvieron que volver a decretar el esquema de racionamiento de agua diario. El embalse de Chingaza, que surte de agua a la capital, todavía registra bajos niveles: está en el 45% de su capacidad.
El alcalde Carlos Fernando Galán y la gerente del Acueducto, Natasha Avendaño, afirmaron que la falta de precipitaciones –aún cuando septiembre era el mes en el que se esperaba la llegada plena del Fenómeno de la Niña– obligó a tomar la medida. “Las lluvias que estaban previstas para Bogotá no llegaron y, como todos lo han visto, julio y septiembre, que debieron ser los meses con mayores precipitaciones en la región, han sido atípicamente secos este año”, señaló el alcalde Galán. Desde el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ya habían señalado que durante el trimestre de septiembre-octubre y noviembre hay una probabilidad del 66% de que se registren las lluvias de La Niña, eso sí, advirtieron que la intensidad será considerada como “débil” y con registros en 21 de los 32 departamentos.
El pronóstico del Ideam indica que los efectos de La Niña estarían presentes hasta marzo del próximo año.
Pero hasta ahora las lluvias –al menos con la intensidad que se esperaban– no han llegado. Solo en Bogotá, advirtió el alcalde Galán, el 2024 se proyecta como el año más seco y a punto de superar los registros de la década de 1990 cuando una amenaza de apagón llevó a César Gaviria, presidente de entonces, a tomar varias medidas –como adelantar el reloj– para ahorrar energía.
Desde el Ideam advirtieron que los cambios de la temperatura del planeta están llevando a que la aparición de estos fenómenos, que antes eran casi precisos, hoy sean difíciles de pronosticar. “Llevamos 12, 13 meses rompiendo récords de temperaturas. Hay unas condiciones envolventes a nivel global que están cambiando los patrones de comportamiento normal del clima”. indicó Giovanni Jiménez, subdirector de Meteorología del Ideam.
De hecho, desde la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) ya había explicado que el enfriamiento de las temperaturas en la superficie del Océano Pacífico –proceso necesario para el desarrollo de La Niña– ha estado más lento de lo esperado. La denominada temporada seca está prevista para iniciar en marzo del próximo año y, ante las pocas lluvias, desde el Ministerio de Ambiente ya hicieron alertas.