Con un sofisticado submarino de diseños nacionales y que se mandó a construir en Inglaterra específicamente para este operativo, una misión científica y militar colombiana logró llegar hace un mes a un kilómetro de profundidad en las aguas del mar Caribe –frente a Cartagena– para explorar el Galeón San José, una Nave Capitana hundida por tropas inglesas el 8 de junio de 1708, hace exactamente 314 años.
Con las más altas especificaciones técnicas y la capacidad de transmitir en directo lo que encuentra a su paso, la nueva herramienta ‘criolla’ fue clave para visualizar los tesoros del Galeón y hallar dos nuevas embarcaciones que, probablemente, naufragaron en la misma batalla en la que se hundió el San José.
Partido en dos tras el impacto de dos cañones, el Galeón permaneció en ese sitio durante tres siglos sin ser detectado y guardando el que hoy se considera el mayor tesoro que ha encontrado Colombia en su historia republicana.
Pese a que hoy no tienen un valor comercial por considerarse Patrimonio Cultural de la Nación, los lingotes y monedas de oro, vasijas y jarrones de la época, y los restos de lo que fue el gran Galeón, valdrían en el mercado ilícito “decenas de billones de pesos”, como admitió el Ph.D Ernesto Montenegro, quien participó en el descubrimiento del Galeón y dirigía el Instituto Colombiano de Antropología e Historia para noviembre de 2015, cuando fue encontrado muy cerca de la isla de Barú.
Enterrado a un kilómetro de profundidad, el Galeón había sido esquivo a las cámaras y los aparatos con los que se intentó medirlo y fotografiarlo. Por eso, una inversión multimillonaria por parte del Estado –cuyo monto se mantiene en reserva– no pareció tan descabellada para pedir el equipo especializado que lograra verificar las condiciones del tesoro.
“La máquina que necesitamos es tan específica, que ni existía. La compra llevó un proceso de dos años y la máquina, que llegó a principios de este año, tiene las máximas especificaciones técnicas y mecánicas”, dijo el almirante Gabriel Pérez Garcés, comandante de la Armada de Colombia.
La expedición
Con el submarino en su poder, la tripulación y el equipo experto inició un proceso de capacitación y llevó a cabo la primera inmersión en mayo de este año. La “magia” se manejó de manera remota y tiene la capacidad de medir y capturar imágenes de lo que encuentre.
Mientras el robot avanzaba con la supervisión de varios buzos de la armada, antropólogos, ingenieros e historiadores observaban desde un puesto de control los nuevos hallazgos.
En total, la expedición requirió 21 especialistas y 30 hombres y mujeres de la tripulación, que desde un barco guía supervisaron la misión a la zona arqueológica.
El Galeón está intacto
Pese a que muchas pistas del Galeón siguen perdidas, lo cierto es que desde 2016, cuando se dio la primera exploración, se había descubierto buena parte del tesoro y de su estado. Por eso, la misión de la Armada era una sola: verificar si no había intervención humana.
Aún estando en el fondo del mar, el tesoro guarda cantidades invaluables de oro y piezas arqueológicas. Si no fuera tan difícil acceder a él, quizás más de un curioso ya había ido a buscar un lingote. “Y ahí está el riesgo del Galeón, en que al fin y al cabo es un gran botín enterrado en Cartagena. España ya había intentado sembrar dudas sobre una posible intervención por parte de externos”, dijo Montenegro.
Pero el resultado de esta inmersión, seis años después de la primera, dejó tranquila a la Armada. Para el almirante Pérez es claro que el tesoro sigue igual que cuando lo encontraron y que no ha sido intervenido. “A esa conclusión llegamos después de analizar todo el material y compararlo con lo hallado en 2016”, dijo Pérez en diálogo con EL COLOMBIANO.
Dos nuevos barcos
La caída del Galeón San José le abrió paso a los dos nuevos descubrimientos de las embarcaciones. Para hallarlas, los expertos estudiaron a detalle la batalla en la que cayó la embarcación española. “Sabemos que el evento se dio en un combate y asumimos que no era el único buque que estaba en el enfrentamiento. Entonces es previsible pensar que hubo más embarcaciones tanto de la flota española como de los adversarios”, reveló el almirante.
Hasta mayo, el equipo técnico había descubierto 13 puntos estratégicos con posibles embarcaciones hundidas. Lo interesante del caso es que solo han explorado 3 puntos y 2 de ellos han resultado exitosos “¿Cuántos más barcos podría haber entonces?”, se pregunta Pérez.
Seguir buscando
La Armada está concentrada en cuidar el tesoro que ya fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación. Sin embargo, “es clave que ellos sepan que cualquier inmersión que se haga, por inofensiva que sea, altera el estado del Galeón, por lo que debe hacerse bajo estrictos protocolos”, advirtió Montenegro.
Por ahora, el Gobierno deberá seguir analizando estrategias para explorar qué contienen las tres embarcaciones e intentar extraerlas del mar. “Es clave que se reactive la investigación sobre lo que hay allí y lo que se necesita para sacarlo. Limitarse a cuidarlo es un error”, concluyó el experto en patrimonio sumergible Ernesto Montenegro.
Gabriel Pérez Garcés
Comandante de la Armada de Colombia
La Armada es la encargada de cuidar el galeón. Está haciendo patrullajes las 24 horas del día, todos los días de la semana. EL COLOMBIANO habló con el almirante Gabriel Pérez Garcés, comandante de la Armada de Colombia.
¿Se han hecho inmersiones posteriores después de las fotos que hemos visto?
“Se seguirán haciendo. Esto es cada determinado tiempo. Nosotros terminamos la expedición la semana pasada, ahora con el acompañamiento del Ministerio de Cultura y el Instituto colombiano de Antropología e historia (ICANH), la tarea nuestra como Armada es tener capacidades para garantizarle al pueblo colombiano su patrimonio. Seguramente, en el mediano y largo plazo tendremos que seguir desarrollando otras expediciones”.
¿Encontraron algo además de lo que se ha dicho?
“Pudimos llegar muy cerca de los elementos y observar con mayor detalle sus características. Encontramos un cáliz, observamos los rasgos de las monedas y los cañones que son de bronce y que se conservan de una manera impresionante, encontramos vajillas chinas, que no era normal que llegaran a Cartagena porque había una ruta entre Manila y México que normalmente era la que movía esa mercancía desde Asia. Y en los otros dos hallazgos encontramos elementos propios de la navegación de los barcos, recipientes de cerámica donde seguramente movían el vino, el grano, comestibles, allí no hemos encontrado evidencia de elementos valiosos”.
¿Las dos embarcaciones se sabe a más o menos a qué distancia del galeón están?
“No tenemos en este momento la distancia exacta el uno del otro, hablamos de una zona arqueológica, porque la anomalía está en algo más de un radio de unos 3 km en algunos casos, en otros menos”.