La violencia contra los líderes sociales y defensores de derechos humanos sigue siendo una de las mayores crisis en Colombia. El pasado sábado 10 de agosto, según el conteo de Indepaz, se llegó a los 100 líderes asesinados en lo que va de 2024.
El país sumó otra víctima a esta lista negra con el asesinato del joven líder indígena arhuaco Wilfrido Segundo Izquierdo Arroyo en el barrio Ciudad Equidad de Santa Marta. Izquierdo, que estaba a punto de graduarse como ingeniero civil, fue abatido por sicarios que lo atacaron mientras caminaba por la calle, dejando junto a su cuerpo un poporo, símbolo ancestral de su comunidad.
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El asesinato ha generado un profundo dolor y repudio en la comunidad indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta y en la Universidad del Magdalena, donde Izquierdo se formaba.
Las autoridades tradicionales de la comunidad Arhuaca, el Cabildo Arhuaco Magdalena y La Guajira, junto con la Plataforma de Defensores de Derechos Humanos, Ambientales y Liderazgos de la Sierra Nevada, emitieron un comunicado exigiendo celeridad en las investigaciones y justicia para este crimen, que ha dejado un vacío en la lucha por los derechos de las comunidades indígenas.
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“Wilfrido era un joven arhuaco comprometido con su formación para convertirse en ingeniero civil y así aportar al desarrollo de la Sierra Nevada, armonizando la ingeniería occidental con el saber ancestral, llevando desarrollo sostenible y regenerativo a las comunidades de la Sierra Nevada”, expresaron las organizaciones en su comunicado, subrayando la pérdida de un joven líder que prometía ser un puente entre la tradición indígena y la modernidad.
Este asesinato se suma a los 103 homicidios de líderes sociales que Indepaz ha registrado en Colombia en lo que va de 2024. Sin embargo, cifras de la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU) indican que se han recibido 113 denuncias de homicidio contra defensores de derechos humanos este año. Aunque la cifra representa una disminución de 21 casos en comparación con el mismo periodo de 2023, cuando se registraron 134 homicidios, la situación sigue siendo alarmante.
El departamento del Cauca sigue siendo el más mortífero para los líderes sociales, con 17 de los casos registrados este año, según la ONU. Arauca, otro territorio golpeado por la violencia, registra 9 homicidios, con el municipio de Tame catalogado como el más peligroso para los defensores comunitarios, con 4 líderes asesinados en 2024.
A pesar de los esfuerzos y de los programas de protección implementados, los líderes sociales siguen siendo blanco fácil para los actores armados y grupos criminales que ven en ellos una amenaza para sus intereses.
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El alcalde de Santa Marta, Carlos Pinedo, condenó el asesinato de Izquierdo Arroyo y solicitó a las autoridades policiales y judiciales que entreguen resultados rápidos en este caso. “Desde el momento de los hechos, las investigaciones del caso se encuentran en Policía y Fiscalía. Haremos seguimiento al avance de las investigaciones de este y los demás hechos de violencia presentados en la ciudad. Debemos brindar garantías a la ciudadanía y llevar a los responsables ante la justicia”, declaró el mandatario.
Este homicidio es uno de los cuatro asesinatos ocurridos durante el fin de semana en Santa Marta, lo que subraya la creciente inseguridad en la región y el desafío que enfrentan las autoridades para mantener el orden y proteger a la población. La situación en la ciudad refleja una problemática nacional, donde el control de los territorios por parte del Estado es limitado y los grupos armados continúan incrementando su poder.
Las organizaciones de derechos humanos y las comunidades indígenas han reiterado su llamado al gobierno nacional para que tome medidas urgentes que garanticen la seguridad de los líderes sociales y que se haga justicia por cada uno de los asesinatos que han quedado en la impunidad.