Los rayos, que causan pánico en muchas personas, tienen en Medellín y el Valle de Aburrá un gran epicentro, al punto que el domingo, en solo una hora y 50 minutos, cayeron 1.023 descargas, aunque, paradójicamente, no causaron ningún daño.
Este cúmulo de descargas se presentó, según los registros del Sistema de Alertas Tempranas (Siata), entre las 3:00 p.m. y las 4:50 p.m., cuando se precipitó un fuerte aguacero sobre la región, el cual causó inundaciones en las vías y caídas de árboles, pero sin más afectaciones.
La región del Aburrá se ha acostumbrado a escuchar y ver seguidillas de truenos en medio de las tempestades.
Según Mery Fernández, meteoróloga del Dapard (Departamento Administrativo de Gestión de Riesgos y Desastres), lo que propicia que en el Valle de Aburrá caigan tantos rayos es su geografía.
Explica que por Medellín estar en medio de montañas, esto hace que se presente un calentamiento diurno que favorece el desarrollo de grandes cúmulos de nubes verticales, generando temperaturas muy bajas en las partes altas, por debajo de los 50° ó 70°.
“Este fenómeno genera más movimiento interno dentro de las nubes, que tienen cargas negativas y positivas, y cuando se da mucho movimiento en las partículas, hay mayor inestabilidad y se producen tres elementos que van de la mano: el rayo, el relámpago y el trueno, orientados a la descargas eléctricas, que se dan entre nube y nube, entre el suelo y la nube o de la nube al suelo”, indica Fernández.
Este fenómeno ocurre con mayor intensidad en los dos periodos de lluvia que se dan en la región: entre abril y mayo y octubre y noviembre.
La meteoróloga señala que Medellín ha tenido eventos de 1.390 descargas eléctricas en una hora, pero no se atreve a calificar el fenómeno: “es negativo si tiene consecuencias para las personas, los animales o las estructuras”, anota.