Tal vez se ha encontrado uno o varios murciélagos mientras camina por el barrio y ha tenido el impulso de agacharse cuando los ve volar. O tal vez alguno de estos animales nocturnos, injustamente temidos y estigmatizados por años, haya entrado a su casa para causar revuelo. Pues no es tan grave toparse con esta especie que, de hecho, es fundamental para preservar la salud de los ecosistemas.
En los municipios del Valle de Aburrá se puede encontrar una gran diversidad de estos mamíferos voladores y las autoridades ambientales ponen especial atención en su cuidado, ante los mitos que aún rodean esta especie y que la ponen en alto riesgo de maltrato o ataques. Entre los murciélagos más comunes en esta subregión de Antioquia están el lengua larga, el frutero jamaiquino, el nariz de lanza y el pescador, entre otros.
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No obstante, aunque son una especie inofensiva que debe protegerse, en el Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación (CAVR) de fauna silvestre del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (Amva), en convenio con la Universidad CES, han atendido este 2024 un total de 147 murciélagos que han requerido atención en medio de emergencias.
De acuerdo con información del Amva, las especies más comunes de murciélagos que ingresan al CAVR son el cara listada, que se alimenta principalmente de frutas, y el mastín común, que consume insectos como mariposas nocturnas, escarabajos y hormigas voladoras. Andrés Gómez Higuita, supervisor del CAVR, explicó que este año han atendido alrededor de 235 llamadas de ciudadanos relacionadas con avistamientos y consultas sobre estos animales nocturnos, en especial porque se meten a las casas.
Esta orientación a la ciudadanía es importante porque le permite conocer una forma simple de actuar en esos casos. El supervisor indicó que lo único que hay que hacer cuando un murciélago ingresa a una vivienda es mantener la calma, no tocarlo, abrir las ventanas y encender las luces para que el animal salga por su cuenta.
“Si el animal está bien, buscará el tronco de un árbol y escalará hasta llegar a una rama alta dónde se va a colgar para descansar. También sugerimos tapar los orificios o huecos que tengan en su techo, siempre y cuando el animal no esté adentro. En caso de que el murciélago esté herido, atrapado o no quiera salir, se pueden contactar a nuestra línea de emergencias de fauna silvestre 304 630 0090, para recibir asesoría y traslado seguro”, señaló Gómez Higuita.
Para el cuidado de los murciélagos la sensibilización debe ser constante, en vista de que por años han estado rodeados de mitos que hacen que las personas les teman o los ataquen. Uno de ellos es que son ciegos, pero lo cierto es que aunque tienen ojos pequeños, “tienen una visión funcional que complementan con su impresionante capacidad de ecolocalización”, informaron desde el Amva. Se trata de un sistema que funciona como una especie de radar, que les permite moverse y cazar en la oscuridad, enviando sonidos que rebotan en su entorno y retornan a sus oídos especializados.
Otro mito común es que todos los murciélagos se alimentan de sangre, lo cual no es cierto, pues solamente 3 de las más de 1.300 especies que habitan en el mundo tiene este hábito. La mayoría de estos individuos se alimenta de frutas, insectos, néctar, polen y pequeños vertebrados. Además, son considerados animales fundamentales para el equilibrio ecosistémico del Valle de Aburrá porque dispersan semillas, son polinizadores y son controladores de plagas.
Por ello, el llamado que las autoridades reiteran es a proteger estos animales y aprender a convivir con ellos, en vista de que Colombia es el segundo país del mundo con mayor diversidad de especies de murciélagos, superado por Indonesia.
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