Durante la mañana del domingo 11 de julio, un bus de servicio público que se desplazaba por la autopista Medellín – Bogotá fue embestido por un tractocamión a la altura del municipio de San Luis. Con un saldo de 24 pasajeros lesionados, el siniestro se produjo cuando aquel vehículo de carga intentó esquivar un hueco sobre la vía, según reconstruyó el cuerpo de bomberos de ese municipio del Oriente antioqueño.
Ese mismo día, a la altura del kilómetro 14 de esa misma vía (entre los municipios de Guarne y Copacabana), otro bus proveniente de El Santuario se quedó sin frenos y dejó 16 personas heridas y tres fallecidas.
Esta serie de incidentes, que según los cálculos de la Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía hacen parte de un consolidado de 118 entre el 1 de enero y el 17 de julio de este año, reabrieron el debate sobre la seguridad de este corredor. En total, ya son 14 las personas fallecidas y 156 lesionadas en lo corrido de este año (Ver infografía).
Los puntos críticos
Mario Santiago Hernández Arango, diseñador técnico de vías y profesor de la Universidad de Medellín, plantea que para abordar el asunto debe partirse de diferenciar los dos tramos principales que componen a este corredor de aproximadamente 178 kilómetros de longitud (desde Medellín hasta el municipio de Puerto Triunfo).
“Una cosa es una vía en doble calzada y otra es una vía en calzada sencilla”, señala el experto, aludiendo a que las condiciones de seguridad y mantenimiento son distintas en tramo Medellín – El Santuario (operado por Devimed y de doble calzada), al tramo entre El Santuario y Puerto Triunfo (a cargo del Invías y de un solo carril por sentido).
Frente al primer tramo, Hernández señala que la accidentalidad vial por lo general está asociada a las altas velocidades que alcanzan los vehículos y al incumplimiento de las normas de seguridad, tales como guardar la distancia entre los vehículos o efectuar los adelantamientos de forma incorrecta.
No obstante, frente al segundo tramo, el académico señala que las malas condiciones sobre la capa asfáltica y falencias en los diseños complejizan el panorama.
“El tramo entre El Santuario y Puerto Triunfo es un tramo que no tiene las condiciones técnicas, geológicas y ni de diseño adecuadas. Cuando esos problemas existen, es muy difícil exigirle que el conductor cambie su comportamiento”, plantea el docente.
Bajo una óptica similar, Hugo de Jesús Correa, ingeniero civil experto en vías y uno de los integrantes del equipo técnico que diseñó la doble calzada entre Medellín y El Santuario, advierte que el problema de ese segundo tramo consiste en que no fue concebido para el flujo vehicular ni las exigencias de hoy.
“La calzada única de la autopista tiene un problema de diseño y es que no se consideraron unos tramos rectos para permitir las distancias de adelantamiento”, señala Correa.
En busca de soluciones
Al ser consultada por los puntos más críticos, la mayor Karina Londoño Hidalgo, subcomandante de tránsito y transporte de la Policía Antioquia, señala que uno de los tramos con mayor accidentalidad es el ubicado entre los sectores de Alto Bonito y Río Claro, a la altura del municipio de Cocorná.
“Muchos de los accidentes que se presentan son por adelantar en sitio prohibido”, señala la oficial, quien advierte que, pese a las condiciones de la vía, la infracción a las normas de tránsito sigue siendo un factor determinante en la siniestralidad.
De igual forma, agrega Londoño, cuando la vía se adentra en el perímetro urbano de los municipios que atraviesa, otra variable que aumenta el peligro es la presencia de otros actores en la vía, como los peatones y ciclistas.
Cabe recordar que, en lo corrido de este año, de los 156 lesionados, 14 fueron peatones y cinco fueron ciclistas.
“Desde la Policía adelantamos campañas para sensibilizar a los peatones, ciclistas y conductores sobre su papel y sus responsabilidades en la vía”, sostiene la subcomandante, agregando que los oficiales desplegados en la vía también adelantan controles con radares para que se respeten los límites de velocidad.
Frente a las denuncias por el mal estado en la capa asfáltica, Juan Esteban Gil, director del Instituto Nacional de Vías (Invías), explica que el Gobierno Nacional aprobó un presupuesto de $168.600 millones para la recuperación del tramo a cargo de ese instituto, con el que se realizarán labores de reparcheo en los puntos más críticos.
De igual forma, Gil señaló que esa entidad avanza en recuperar al menos seis puntos críticos afectados por el invierno, en donde se presenta riesgo de pérdida de banca.
Por su parte, al ser consultados frente al balance y la gestión para prevenir la accidentalidad, el concesionario Devimed prefirió no pronunciarse e indicó que el tema era competencia de las agencias y autoridades de tránsito.
Pese a esos trabajos de recuperación, tanto Hernández como Correa proponen que hasta no intervenirse el corredor por completo, para que este tenga una doble calzada de forma continua, el riesgo de que se presenten colisiones seguirá siendo alto.
178
kilómetros tiene la autopista entre Medellín y Puerto Triunfo.
