El silencio ronda en Ituango (norte de Antioquia) con relación al doble homicidio y la incineración de una residencia y una motocicleta ocurridos en su área rural entre la noche de este jueves y la madrugada del viernes.
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Los cadáveres de las dos víctimas fueron recogidos por una funeraria local hacia las once de la mañana de este 10 de enero, pues se trata de un área donde la Fuerza Pública tiene dificultades de acceso por la presencia de grupos armados ilegales organizados.
Los hechos ocurrieron en la vereda El Río, a poco más de una hora de camino desde el casco urbano, en carro, y concretamente en las partidas por donde la vía destapada se extiende hacia el corregimiento La Granja.
Al ser consultadas con relación a lo sucedido, las autoridades locales guardaron total hermetismo. “Todo es materia de investigación y por tanto goza de reserva”, dijo la secretaria de Gobierno de Ituango, Sara Londoño, quien no obstante reveló que una de las víctimas fue identificada como Cristian Camilo Herrera Zapata, sin más datos.
Sin embargo, fuentes de la zona le relataron a EL COLOMBIANO que quienes perpetraron el atentado habrían llegado hacia las dos o tres de la madrugada de este viernes, pero no figura nadie que haya atestiguado lo ocurrido, pues cerca del sitio solo hay un estadero.
“No quedaron sino las cenizas”, afirmó una persona que pasó por el sitio después de lo que aconteció.
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Por los indicios se nota que sacaron de la casa a los dos hombres, de quienes se dijo que no eran muy conocidos en ese sector, pues habían empezado a habitar allí hacía relativamente poco tiempo.
Luego le habrían prendido fuego a la residencia, que también estaba recién construida, y al parecer los habrían acribillado, pues la presunta causa de su deceso habrían sido heridas de arma de fuego. Igualmente, en el mismo episodio fue incinerada una moto.
En las inmediaciones domina el clan del Golfo, por lo que algunos presumen que los autores del doble crimen y la destrucción del inmueble y el automotor serían integrantes de esa organización que también se autodenomina como Ejército Gaitanista de Colombia (EGC). La otra hipótesis es que la casa incendiada era usada por el EGC como base y que el ataque pudo ser un indicio de que las disidencias quieren entrar a disputarle el territorio.
