Alegando incompatibilidad técnica y ambiental entre el parque ecoturístico que planeaba construir y la mina de cobre Quebradona, vecina de su predio, Comfama anunció que suspendía su proyecto, ubicado en límites entre Jericó y Támesis (ver mapa) en el Suroeste de Antioquia y anunció que buscará un nuevo espacio para hacerlo realidad.
La caja de compensación informó que tomó la decisión con base en seis estudios que contrató para medir los efectos paisajísticos, ambientales y sociales, y los planes de manejo propuestos dentro del Estudio de Impacto Ambiental que la minera radicó ante el Gobierno Nacional para obtener su licencia ambiental.
La noticia cayó como un baldado de agua fría para los alcaldes de los dos municipios vecinos de la mina y el parque. Ambos mandatarios pidieron que la decisión se reconsidere, aunque cada uno esgrimió argumentos distintos.
David Toro, alcalde de Jericó, dijo que se enteró de la decisión por una carta que radicó Comfama en su despacho y aclaró que hasta el momento no ha hablado con las directivas de la caja al respecto. Sin embargo, calificó como “respetable” la decisión.
“Ellos tendrán sus razones para tomar esa decisión. Lo que sí creo es que todos podemos caber dentro del territorio, respetando cada actividad. Espero que si llegan a reconsiderar la opción, puedan ser parte del desarrollo del Suroeste”, dijo.
Entre tanto Juan Martín Vásquez, alcalde de Támesis, señaló que la noticia “es el primer impacto negativo que nos va a generar la minera”, y reiteró que, en su opinión, Quebradona (como se llama la mina) va en contra de las vocaciones agrícolas y turísticas que tiene el territorio.
Hay que mencionar que Vásquez fue admitido por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, Anla, como tercero interviniente en el proceso de evaluación de la licencia ambiental de la mina. Eso quiere decir que se reconoció que es una de las partes que podrían verse afectadas por el proyecto y su voz será tenida en cuenta en el debate.
Argumentos de parte y parte
La decisión es el segundo round de un contrapunteo que empezó a principios de 2019, cuando la caja de compensación familiar de Antioquia anunció que AngloGold Ashanti no había entregado informes sobre el impacto ambiental de su proyecto.
En ese momento David Escobar, director de Comfama, explicó que la hacienda La Guamo fue comprada para crear el parque ecoturístico que tendría actividades como avistamiento de aves. Dijo que el lote fue seleccionado tras dos años de estudios y que solo tres meses después de concretado el negocio supieron que los predios vecinos habían sido comprados por la minera.
Desde entonces Comfama se dedicó a buscar expertos que le ayudaran a entender cuál podría ser el impacto de la actividad minera en su parque y el resultado no fue alentador. Y a finales de 2019 fue aceptada también como tercero interviniente en el proceso de licenciamiento.
De acuerdo con el documento “Análisis de efectos del proyecto minero Quebradona”, publicado por la caja de compensación, con base en el EIA y sus propios estudios, el depósito de relaves (residuos mineros) ocuparía un área cuatro veces mayor a la del cerro Nutibara de Medellín y tendría la misma altura que la Piedra del Peñol.
“En el EIA se estudiaron cuatro alternativas para el manejo de relaves (...) pero no se analizó una de las que se reconocen como las mejores prácticas de la industria como es el retrollenado (disposición de los residuos dentro de los socavones ya explotados”, se lee en el documento que señala las afectaciones que la mina le produciría al paisaje y el ecosistema de la región.
El documento también señala que habría afectaciones a los caudales de quebradas como Quebradona, La Guamo y La Fea y que eso, a su vez, tendría efectos en la fauna y flora del lugar.
¿Qué dice la minera?
AngloGold Ashanti señaló que los estudios realizados por la caja y otros terceros interesados, “constituyen información que puede llegar a ser útil para la Anla para tomar la decisión más acertada en relación con la licencia ambiental de Minera de Cobre Quebradona”.
Anunció además que analizará esos estudios para dar respuestas en caso de que la autoridad ambiental tenga nuevas dudas.
La compañía declinó pronunciarse sobre el anuncio de suspensión del proyecto ecoturístico y recordó que la construcción del EIA tomó 14 años de estudios técnicos y la participación de 1.300 personas y 28 firmas consultoras.
En 2019 la empresa había dicho que la mayoría de la actividad minera sería subterránea y que la parte externa (depósitos de relaves y área de procesamiento) estaría limitada a cuatro fincas ganaderas de su propiedad.
Más reacciones
Proantioquia, que agrupa a varias de las principales empresas del departamento, lamentó la decisión de suspender el proyecto: “El Suroeste antioqueño necesita inversiones públicas y privadas que garanticen su sostenibilidad ambiental, aseguren su tejido social y estimulen sus vocaciones productivas: agricultura, turismo y cultura”.
Claudia Vásquez Echeverri, directora de la Mesa Técnica del Suroeste, vive en la vereda La Oculta, de Támesis, a un kilómetro de donde se iba a crear el parque. En su opinión, es “gravísimo” el anuncio de Comfama porque “confirma las afectaciones que causaría la mina Quebradona en la zona baja de la montaña”.
Lina Velásquez, residente en la vereda La Aguada de Jericó, señaló que comprende la decisión aunque la entristece. “Es absurdo pensar en un parque ecoturístico con una mina de vecina que generará grandes impactos ambientales y paisajísticos”
Entre tanto, el diputado Camilo Calle aseguró que “no se ha sacado el primer gramo de oro en Jericó y ya la minería comienza a generar consecuencias lamentables para su ciudadanía” .
1.500
empleos generaría el parque de Comfama; 2.200 la mina en 4 años de construcción