Los alumbrados del municipio de Rionegro fueron azotados por los vándalos y ladrones de principio a fin. Este jueves se reveló que dos jóvenes fueron capturados luego de que destruyeran dos piezas del adorno luminoso de temporada, con el fin de sacarles provecho económico a sus componentes.
El hecho ocurrió el martes de esta semana a plena luz del día y ante la mirada desconcertada de los transeúntes que pasaban por la zona céntrica de este municipio que es como la capital del Oriente antioqueño. Sin embargo, los testigos no se quedaron impávidos y, muy por el contrario, tomaron videos y fotos; las colgaron en redes sociales y remitieron a las autoridades. Ello permitió la reacción oportuna de la Policía que acudió al sitio, evitando que el delito se acabara de consumar y que se ocasionara un mayor daño.
“Recibimos el reporte en el Centro de Monitoreo y Control, y a partir de ahí, las autoridades competentes actuaron con efectividad y celeridad, logrando recuperar los elementos hurtados; la empresa, por su parte, procedió a instaurar las denuncias respectivas porque nos toca dar ejemplo”, informó la gerente de la Empresa de Seguridad del Oriente (ESO), Claudia María Angarita, a la vez que agradeció la cooperación de la ciudadanía, que fue fundamental para identificar y ubicar a los autores del hurto.
Eran aproximadamente las tres de la tarde. Para ese momento, habían desechado las mangueras de luces y destruido las telas que recubrían las figuras, dejando solo la estructura de hierro que servía de soporte para darles la forma a los árboles de gran dimensión, pues sobrepasaban el metro y medio de alto.
No obstante, por tratarse de un robo de menor cuantía y sin el uso de violencia, un rato después a la funcionaria le informaron que el juez que hizo la audiencia de control de garantías había ordenado su libertad. Se trataría de dos jóvenes cercanos a los 20 años de edad, cuya ocupación no se precisó.
Justamente, el suceso se produjo cuando cuadrillas de trabajadores se aprestaban a desmontar los motivos navideños que habían sido atacados incluso desde antes del 7 de diciembre, cuando estaba planeada su inauguración, según había registrado EL COLOMBIANO.
Su elaboración revistió un valor especial, no solo por el costo económico, sino porque estuvieron a cargo de 40 familias rionegreras, que durante varias semanas se dedicaron a la confección de las piezas para iluminar y alegrar las calles.
En esa ocasión no solo causaron destrucción, aparentemente con armas blancas, sino que hasta se orinaron encima, ocasionando deterioro de los tejidos.
De acuerdo con la gerente de la ESO, aunque las telas son desechables, la intención es guardar el resto de los materiales, como las mangueras luminosas y los “esqueletos” metálicos, en una bodega en la que queden a buen recaudo, con el fin quizás de reutilizarlos en la próxima Navidad haciendo una rotación entre los sitios donde ya fueron exhibidos.
