Guapo se movió por la casa hasta la una de la mañana. Sus dueños supieron de él hasta esa hora. A las siete, cuando se levantaron, lo saludaron, como todos los días. Estaba al lado de la cama, pero este gato adoptado, de un año, saludable, no ronroneó como respuesta. Al tocarlo se dieron cuenta de que estaba tieso, un poco frío. Su dueño volvió a intentar: estaba muerto.
Lo llevaron a la veterinaria y el médico diagnosticó muerte súbita. “Pasa mucho”, le explicó.
El veterinario forense Julio Aguirre precisa que esta afección está bien identificada en humanos más no en animales. Cuando son inexplicables las causas del deceso de un perro o un gato, muchos médicos dicen que es muerte súbita y a lo mejor no fue así. “Se confirma con el historial clínico del animal. En este ejemplo, como era un gato tan joven, es un caso particular”.
Se puede precisar
Según Aguirre, estos casos se dan cuando un animal sano fallece en menos de una hora y, además, 24 horas antes de su deceso no presentó ningún signo clínico de enfermedad.
“La muerte súbita se da por desórdenes eléctricos del corazón. Lo más común, casi en el 80 % de los afectados, es que el ventrículo se empieza a mover de manera errática y eso genera una deficiencia de oxígeno y por eso muere la mascota en menos de una hora”.
Sobre el tema no hay muchas estadísticas, pero sí se han hecho análisis de fallecimientos de mascotas que ocurren de forma repentina.
En un estudio publicado hace dos años en la Revista de cardiología veterinaria y realizado por el Royal Veterinary College de Reino Unido, se analizó el fallecimiento de 252 gatos de manera inesperada.
“La enfermedad cardíaca y la cardiomiopatía hipertrófica (aumento del grosor de las paredes del corazón) en particular estaban presentes en gatos que murieron repentinamente en esta población de estudio”, explicaron.
Para Aguirre que un gato o un perro tengan inflamaciones del músculo cardiaco los hace muy propensos a que en cualquier momento de su vida sufran una muerte súbita. Hay un alto riesgo.
Exámenes como prevención
No es posible asegurar que una mascota morirá súbitamente en un tiempo determinado, pero como esta causa de deceso está asociada a temas cardiacos, asegura Aguirre, los hábitos de vida saludable, una buena dieta y entrenamiento físico pueden ayudar a que su salud sea estable.
Muchos perros y gatos tienen problemas como la cardiomiopatía hipertrófica, que desencadena muerte súbita, y no presentar ningún síntoma.
Por ello se recomienda, “y es algo que los dueños no hacen con frecuencia, que máximo una vez al año se realice un chequeo cardiovascular a su mascota. Un electrocardiograma y una ecografía del corazón podrán determinar de manera temprana si este órgano tiene alteraciones eléctricas”, precisa Aguirre.
Añade que estos decesos inesperados se dan, en su mayoría, en animales mayores de ocho años y que lo que sucedió con Guapo, el gato de un año, no es tan común.
“Pasa, no es imposible, pero los casos que he conocido de cachorros con muerte súbita son pocos al compararlos con los de muy adultos”.