La historia de Laika será recordada por siempre. Ella fue una perrita callejera de Moscú seleccionada por el gobierno ruso para hacer historia, convirtiéndose en el primer ser vivo enviado al espacio el 3 de noviembre de 1957 en el contexto de la carrera espacial que libraban la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y Estados Unidos.
Su destino final comienza con una serie de entrenamientos para ser el primer ser vivo que habitaba el espacio exterior, sin embargo, los miembros del equipo ruso sabían que el animal no retornaría porque no se contaba con la tecnología necesaria para aterrizar. Así que lo de Laika sería una muerte segura, pero eso no se lo dijeron a las personas hasta mucho después de su muerte.
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Su deceso ocurrió tras seis horas del lanzamiento espacial del Sputnik II, una nave rudimentaria del tamaño de una lavadora. Ella solo viajó con un arnés espacial por la falta de gravedad que experimentaría afuera de la atmósfera terrestre y unos dispensadores de agua y alimentos. Además, tenía puestos unos sensores que le permitiría a los científicos conocer el ritmo cardíaco del animal.
Si bien ellos esperaban que se mantuviera viva en el espacio por más tiempo, su corazón cada vez aumentaba más rápido a medida la nave ascendía y ya en órbita, murió presa del calor que iba por encima de los 40° C y el estrés que le produjo el viaje de no retorno.
La agencia TASS soviética de aquel momento informó que Laika volvería a la Tierra en un paracaídas, pero esa nunca fue la intención y la verdadera causa de su muerte se ocultó como un accidente. Incluso, según informó el diario BBC, durante una semana después de su muerte los periódicos publicaban noticias documentando el estado de la salud de Laika.
Sin embargo, el satélite con el cuerpo fallecido de Laika dio 2.370 vueltas en órbita y luego el 14 de abril de 1958 lo que quedaba de su cadáver se incineró producto de un incendio de la nave al entrar en la atmósfera terrestre.
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Después de muchos años se reveló que el animal habría sido sacrificado en órbita “por motivos de humanidad” y desde ese momento los defensores de los animales protestaron por lo que había ocurrido con la perra callejera de Moscú. Muchas cartas fueron enviadas a Moscú y las Naciones Unidas, denunciando la “crueldad” del hecho que dio inicio a los viajes espaciales.
Después de Laika, tanto Rusia como Estados Unidos experimentaron con animales. La cifra entre 1948 y 1961 de animales que viajaron al espacio es de 71 animales vivos: 48 perros, 15 monos y 2 conejos. De ellos, fallecieron 27 animales que ayudaron a construir la historia espacial actual.
Los animales dejaron de enviarse al espacio con el primer lanzamiento de humanos. El primer ser humano, y cosmonauta, quien visitó el espacio fue Yuri Gagarin en su cápsula Vostok 1 que completó una órbita de la Tierra el 12 de abril de 1961.