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¿Hacer ejercicio si tiene cáncer? Sí, puede ayudarle en el tratamiento

Especialistas dicen que hay que derribar el mito de que los pacientes con cáncer deben estar en reposo. Todo lo contrario: hacer actividad física les ayuda a atravesar el tratamiento de esta enfermedad. Aunque cada caso es específico.

  • Tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia debilitan el sistema inmune, por lo que el ejercicio puede ayudar a fortalecerlo y así mejorar la calidad de vida de estos pacientes. FOTO: SSTOCK
    Tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia debilitan el sistema inmune, por lo que el ejercicio puede ayudar a fortalecerlo y así mejorar la calidad de vida de estos pacientes. FOTO: SSTOCK
  • Giovanni Echeverri con algunas pacientes que decidieron ejercitarse para la vida. FOTO: CORTESÍA
    Giovanni Echeverri con algunas pacientes que decidieron ejercitarse para la vida. FOTO: CORTESÍA
30 de marzo de 2023
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A Giovanni Echeverri, profesional en ciencias del deporte y líder del Centro Oncológico Integral, Oncofit, le llegan pacientes con cáncer con una meta: moverse para que durante la enfermedad el cuerpo no se debilite hasta el punto de no poder hacer actividades cotidianas, como aseo en la casa o lavar el carro.

Al momento de someterse a un tratamiento como la quimioterapia los pacientes (no todos presentan los mismos efectos) pueden sentirse cansados, con náuseas y vómitos, diarrea, problemas en los músculos y nervios como entumecimiento y hormigueo; problemas renales y del metabolismo que afectan el peso y otros más, según la American Cancer Society.

Para prevenir estos efectos secundarios (o apaciguarlos), los pacientes de Echeverri entrenan para ejercitar zonas del cuerpo como los brazos y las piernas, poder caminar o levantarse de la cama. A veces, los pacientes que están con estos tratamiento se les dificulta hasta lo más mínimo. Por eso ejercitan y fortalecen las piernas, los brazos, el abdomen y todo el cuerpo en general.

Para saber más: Las vacunas y otros tratamientos de inmunoterapia que podrían ser definitivos para curar el cáncer

En las palabras de Giovanni, hacer ejercicio mientras se atraviesa por un tratamiento oncológico (ya sea quimioterapia, radioterapia o inmunoterapia) optimiza la calidad de vida de las personas y ayuda a prevenir estos efectos secundarios del tratamiento.

“Algunos pacientes dicen que es más difícil experimentar los síntomas de los tratamientos médicos que el propio cáncer. El sistema inmune se debilita y precisamente lo que hace el ejercicio es estimularlo, aumenta la recuperación física y las personas están más fuertes, no se sienten tan débiles”, dice Giovanni.

Independientemente del tipo de cáncer, el ejercicio beneficia cada tratamiento, que puede debilitar el sistema inmune. Es por eso que hay que acabar con ese mito de que cáncer es igual a reposo, explica Giovanni.

En un artículo titulado Bringing Supportive Therapies to more cancer patients, que en español traduce Acercar las terapias de apoyo a más pacientes con cáncer publicado en Scientific American, se resaltan algunos resultados de la actividad física.

Por ejemplo, científicos de la Universidad Thomas Jefferson informaron que “el yoga tiene un papel terapéutico potencial en el manejo sintomático de pacientes con cáncer de mama, mejorando la calidad de vida durante el tratamiento y mejorando la adherencia al tratamiento”.

Mientras que un estudio dirigido por científicos del Memorial Sloan Kettering Cancer Center encontró que pacientes con cáncer de mama y ovario que participaron en práctica de yoga demostraron una mejora en la función cognitiva objetiva con el tiempo.

¿Qué tipo de ejercicios son?

Los ejercicios ideales son los funcionales, que consisten en entrenar el cuerpo para las actividades de la vida diaria. Se busca fortalecer los brazos, las piernas, la zona abdominal y todo el cuerpo en general.

La Sociedad Estadounidense de Oncología Clinica (American Society of Clinical Oncology) explica que antes de iniciar con el ejercicio debe consultar con su oncólogo qué ejercicios son los adecuados para usted y debe tener en cuenta el tipo de cáncer que tiene, los tratamientos que está usando, los efectos secundarios que está experimentando, su condición física y otros problemas de salud que tenga.

También se deben tener en cuenta la edad del paciente, el tipo y la etapa del cáncer, expresó la dra. Kathryn Schmitz en un panel del Colegio Americano de Medicina del Deporte (Acsm, por sus siglas en inglés) en 2019.

Muévase, no se quede quieto

El oncólogo Diego Mauricio González coincide en los múltiples beneficios que trae el ejercicio para la enfermedad. Dice que “el primer mensaje es desmitificar que la tolerancia a la quimioterapia puede ser afectada por el ejercicio o que el paciente con tratamiento activo para cáncer no debe hacer ejercicio y estar en reposo”.

González indica que existen estudios científicos que demuestran que los pacientes que se ejercitan tienen mejores puntajes en las escalas de evaluación de calidad de vida y mejor tolerancia a los diferentes tratamientos que existen actualmente.

“Los beneficios van desde una mejor tolerancia a la quimioterapia. Es lo primero claramente reportado. Las personas que realizan actividad física durante la quimioterapia toleran mejor y tienen un mejor reporte de efectos adversos. El segundo es el bienestar emocional, porque se generan endorfinas y eso da una mejor tolerancia emocional al tratamiento”, cuenta el oncólogo.

También, hacer ejercicio como paciente con cáncer es beneficioso al disminuir los niveles de insulina, mejorar la circulación de las células inmunológicas en la sangre, reduce el riesgo de incidencia y mejora la sensación de bienestar general por la producción de hormonas de bienestar y felicidad como la dopamina y las endorfinas.

La American Cancer Society entrega otras ventajas: reduce la sensación de cansancio o fatiga, ayuda a dormir mejor, mejora la fuerza muscular, la salud ósea y el rango de movimiento, aumenta el apetito, ayuda a mantener un peso saludable y otros más.

“Lo que yo he visto con mis pacientes es que mejora notablemente la percepción de la vida, el paciente se siente mejor a nivel mental y emocional (que necesitan para afrontar esta enfermedad). Cuando empiezan a hacer ejercicio, ellos son más autónomos y sus cuidadores pueden descansar un poco, ya que los pacientes pueden bañarse solos, por ejemplo”, dice Giovanni.

Además, el ejercicio también funciona para la prevención del cáncer. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró realizar 150 minutos de actividad física moderada para reducir el riesgo de cáncer especialmente de mama y colon, relacionados a la acumulación de grasa.

Giovanni Echeverri con algunas pacientes que decidieron ejercitarse para la vida. FOTO: CORTESÍA
Giovanni Echeverri con algunas pacientes que decidieron ejercitarse para la vida. FOTO: CORTESÍA

Giovanni, en los cuatro años que lleva con sus pacientes, ha evidenciado que ya pueden pasar más tiempo en una misma posición, situación que les exige tratamientos como la quimioterapia. A veces deben estar sentados entre ocho a nueve horas. También mejora el apetito (en estos tratamientos pueden quitarse las ganas de comer) y disminuye los riesgos de enfermedades cardiovasculares que pueden provocar algunos medicamentos contra el cáncer.

El cuarto son los beneficios cardiovasculares, que muchos de los medicamentos que utilizamos pueden afectar o tener un mal perfil desde el punto de vista cardiovascular.

Giovanni recomienda hacer ejercicio cuatro días a la semana con estímulos de 30 a 40 minutos que se pueden repartir en la mañana, tarde y noche. Los tipos de ejercicios se hacen con la autorización del médico oncólogo tratante.

“No siempre el ejercicio es seguido. Hay que contar que en estos pacientes existen fatigas crónicas relacionadas al tratamiento y eso hace que sea un esfuerzo mayor para ellos”, dice Echeverri.

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El profesional en deporte cuenta que Manuela Estévez, periodista de Telemedellín, fue una de las mujeres que hizo parte de su programa de ejercicios funcionales y logró salir adelante después de ser diagnosticada con una esclerosis sistémica progresiva, catalogada dentro de las enfermedades crónicas autoinmunes y huérfanas. Ejercitarse también es beneficioso para otras afecciones.

No deje de hacer ejercicio

Después de la remisión total del cáncer, la American Cancer Society recomienda continuar con una vida física activa. De hecho, Giovanni expresa que la mayoría de sus pacientes que logran salir del cáncer, continúan ejercitándose. Estas son algunas recomendaciones que se entregan.

1. Evite la inactividad y vuelva a sus actividades diarias normales tras el diagnóstico.

2. Participe en actividades físicas regularmente.

3. Comience lentamente y paulatinamente incremente el nivel de intensidad y la cantidad de actividad a través del tiempo.

4. Cada semana acumule por lo menos 150 minutos de actividad a intensidad moderada o 75 minutos a intensidad vigorosa.

5. Hacer ejercicio varias veces a la semana con sesiones de por lo menos 10 minutos cada una.

6. Incluya ejercicios de resistencia y fortalecimiento muscular al menos 2 días por semana.

Daniela R. Gómez Isaza

Periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana. El sueño de ser médica lo cumplí haciendo periodismo de salud. También escribo sobre ciencia y de vez en cuando cultura.

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